FUTBOL
Real Madrid

Los 'malabarismos' de Rüdiger

Sabe que es imprescindible y cuida hasta el más mínimo detalle para no perderse partidos

Rüdiger, rematando de cabeza durante el partido ante el Salzburgo.
Rüdiger, rematando de cabeza durante el partido ante el Salzburgo.JOSÉ A. GARCÍA
Actualizado

Rüdiger tiene las espaldas anchas. Lleva más de un año sujetando al Real Madrid en defensa. En un periodo de tiempo en el que una sucesión de lesiones y contratiempos han ido haciendo añicos la línea defensiva del conjunto blanco, el alemán es el único pilar que ha resistido en pie. Y a él se está aferrando Ancelotti para que el equipo no se caiga. Tal es la deuda del técnico con Rüdiger que no dudó en mandarle un mensaje público de agradecimiento y reconocimiento. Lo hizo recientemente subiendo a sus redes una foto del abrazo que le dio al jugador tras el triunfo en Bérgamo ante la Atalanta en Champions. Sobraban las palabras. Salir al césped al final del partido para fundirse en un abrazo con él lo decía todo.

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Más allá de su espectacular rendimiento deportivo, Rüdiger ha asumido la condición de jefe de la defensa con una responsabilidad irable. El 17 de diciembre de 2023 tuvo que cambiar el 'chip' de una manera radical. Fue el día que Alaba se rompió el cruzado después de que cuatro meses antes Militao sufriese la misma lesión. Rüdiger, que había arrancado la temporada como suplente, pasaba de ser el tercer central a liderar la zaga. Además, era consciente de se había convertido en imprescindible y que el equipo necesitaba que estuviese siempre disponible. "Si Rüdiger se resfría, ya es un drama", reconocían en Valdebebas. Ancelotti cruzó los dedos para que no le pasase nada. Mientras, el alemán ha llevado a cabo todo tipo de 'malabarismos' que le permitiesen jugar la mayor cantidad de partidos posibles. El objetivo era reducir sus ausencias cuidando hasta el más mínimo detalle para no perderse partidos.

Riesgo cero con las amonestaciones

Uno de los cambios más llamativos fue evitar las amonestaciones. Antes de la lesión de Alaba frente al Villarreal, en la jornada 17 de la pasada Liga, Rüdiger había visto ya siete amarillas y se había perdido un partido por cumplir ciclo de amonestaciones. Después del fatal contratiempo del austriaco, el alemán no volvió a ver ninguna tarjeta más hasta el final de la Liga. Cerró el grifo de manera radical para evitar una sanción. Lo mismo pasó en Champions, donde tampoco resultó amonestado. Las amarillas dejaron de ser un problema. Igual que esta temporada, en la que a estas alturas está lejos de estar apercibido en Liga (dos amarillas) y en Champions sólo ha visto una, más otra en la Supercopa de España. Cuatro tarjetas para un defensa que lo está jugando prácticamente todo tiene mérito.

El cuidado de su físico

Otro foco de atención de Rüdiger para no fallar al equipo es evitar las lesiones. El alemán se ha cuidado al máximo y ha vigilado su cuerpo al milímetro para evitar contratiempos físicos. Hasta el punto de que hizo reforma en su casa para hacerse un gimnasio con cámara hiperbárica, piscina fría... En este aspecto había cierta preocupación en el Madrid porque ha sido un jugador al que las lesiones le castigaron con especial dureza años atrás, sobre todo a nivel de rodillas. De hecho, el futbolista arrastra una artrosis en una de ellas que limita su rendimiento y que en cualquier momento le podría obligar a parar. Sin embargo, Rüdiger ha sido prácticamente indestructible en el último año. Sólo sufrió una lesión muscular el pasado 1 de febrero que le tuvo 23 días de baja y que le obligó a perderse cuatro partidos. Una baja que sacó a la luz el 'agujero' que dejaba en cada una de sus ausencias. En eso cuatro partido de baja, la parejas de centrales fueron Nacho-Carvajal (Atlético), Tchouaméni-Carvajal (Girona) yTchouaméni-Nacho (Leipzig y Rayo).

'Diplomacia' con la selección

Otra circunstancia importante para responder a la urgencia que atraviesa el Real Madrid en el centro de la defensa es la selección. Rüdiger ha llevado su condición de internacional con una 'diplomacia' que le ha permitido compaginar ambos compromisos de la mejor manera posible. Esta temporada, sin ir más lejos, el alemán ha jugado tres de los seis compromisos de sus selección. No fue a la primera convocatoria de septiembre y en la última de noviembre sólo disputó uno de los dos compromisos. Todo medido y hablado para aliviar la exigencia del calendario de un jugador que está siendo exprimido al máximo por necesidades del guion. 

Ancelotti, en la medida de lo posible, también le concede pequeños descansos para aliviar la fatiga. Esta temporada, Rüdiger ha jugado 32 partidos de los 33 del Real Madrid (sólo descansó ante la Deportiva Minera en Copa), pero ante el Espanyol en septiembre sólo disputó siete minutos, el pasado domingo frente a Las Palmas fue sustituido a los 76 minutos y contra el Salzburgo, en el 78'. Todo cuenta para cuidar al máximo a un jugador que lleva haciendo todo tipo de 'malabarismos' para estar siempre en primera línea de combate.

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