Aquello que llamábamos pretemporada

"La pretemporada va a ser mala en el sentido de que no hemos podido estar toda la gente. Ahora mismo no tengo claro el equipo, la manera de jugar, y estamos a cinco días de la competición". El Girona será uno de los equipos que abra la Liga... y Míchel se ha despachado.

Y eso que el suyo es uno de los clubes que más y mejor se ha movido (Krejci, Abel Ruiz, Misehouy, Van de Beek, Francés, Bryan Gil y Oriol Romeu, a la espera de Miovski). Y eso que el suyo es uno de los equipos que más partidos (siete) ha tenido para prepararse.

El Girona también es uno de los que se ha llevado cuatro goles este verano, ante Toulouse y Newcastle, relación de la que, con independencia de que jugaran con primera o segunda unidad, forman parte Athletic (frente a Stuttgart), Sevilla (con el Liverpool como rival) o Villarreal (en Brighton). Contemplado así, casi puede darse por bueno el repaso del Mónaco al Barça. O las dos primeras derrotas del Real Madrid. Hay para casi todos.

Futbolistas que disputaron la Eurocopa, la Copa América o los Juegos (en algunos casos dos de tres), futbolistas resolviendo su futuro (Sorloth cambiaba el Villarreal por el Atlético dos semanas antes de un Villarreal-Atlético), futbolistas que se acuestan con una camiseta nueva y se levantan con la anterior, futbolistas a los que no se inscribe, futbolistas que no suman 11 para un amistoso, futbolistas de gira internacional en la que manda lo económico, futbolistas con calendarios cargados que obligan a modificar contratos (ese Mundial de Clubes entre junio y julio)...

Hubo un tiempo en el que los equipos tenían unas vacaciones prolongadas y una concentración al retorno. Hubo un tiempo en el que abundaban los torneos de prueba. Hubo un tiempo incluso en el que no se jugaba Liga en agosto (cuatro jornadas este año). Hubo un tiempo en el que todo parecía razonable, aquello que llamábamos pretemporada, pero el fútbol moderno atropella a lo que se ponga por delante. En fin, un dislate. Show must go on...