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El Villarreal despedazó a un Mallorca ausente en La Cerámica y que pudo regresar a la isla con un marcador aún más escandaloso. En ningún momento pareció un partido entre dos equipos que arrancaban la jornada empatados a puntos. Porque el submarino fraguó su goleada exprés en un vendaval de fútbol entre el minuto 19:53 y el 27:18, siete minutos y 25 segundos. Pero pudo abrir el marcador antes.
Por momentos el Mallorca se comportó como un muñeco de madera, sin alma en el terreno de juego. Una circunstancia que aprovechó su rival para astillarlo con un fútbol vertiginoso y preciso.
Si ya no es fácil parar a un equipo que ataca con Yeremy Pino y Baena moviéndose de fuera hacia adentro, más se complica cuando los mediocentros y los laterales se incorporan al ataque como puñales. Antes de la catarata de goles, Pape Gueye y Baena pudieron abrir el marcador con dos acciones que partían, cómo no, desde las bandas.
El primer tanto llegó en un córner mal defendido por la defensa bermellona que Logan Costa remató contundente de cabeza. El cronómetro marcaba el minuto 19:53. Después, el Villarreal fabricó los tres goles en acciones corales, de las que se trabajan en los entrenamientos. El 2-0 lo arrancó Luiz Júnior desde su área, en una acción que duró 20 segundos. El balón transitó por Kiko Femenía, Gueye, otra vez Kiko, Gerard Moreno, Gueye de nuevo, Baena, y Cardona que centró para el gol de Baena en el 23:30.
Un robo de Foyth a Muriqi -que pidió falta- lo convirtió Parejo en un contragolpe que el terminó rematando a gol desde el borde del área. Minuto 25:33.
Y pleno aturdimiento visitante, la jugada más madurada previa a gol. Parejo, que estaba en campo del Mallorca, retrasó el balón hacia Logan y éste se apoyó en su portero. A partir de ahí, casi un calco del 2-0, de toques y movimientos en el centro del campo para generar paredes. Y otra vez asistencia de Sergi Cardona que Yeremy convirtió en gol.
El Mallorca trató, al menos, de recomponer algo su imagen. Muriqi y Samu Costa probaron fortuna con sendos disparos sin consecuencias para el meta amarillo.
Jagoba hizo un cuádruple cambio en el descanso. Y el Villarreal levantó un pelín el pie. No le hacía falta apabullar para genera peligro. De hecho, Greiff tuvo que hacer dos paradas de disparos a gol. La mejor ocasión visitante llegó con un centro de Mojica, el mejor de su equipo, que remató Raíllo al área pequeña y Muriqi no acertó a embocar entre los tres palos. En el partido hubo opción de seis cambios porque Valjent tuvo que retirarse por un golpe en la cabeza cuando Arrasate, muy enfadado, había realizado las cinco sustituciones.
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