El Athletic se planta en Navidad como cualquiera hubiese firmado. Defendiendo posición de Champions y apuntando todo lo alto que puede. Valverde disfruta de un triunfo que baña de madurez a un equipo que esta temporada se muestra con rotundidad tanto en LaLiga como en Europa. El técnico arrancará el parón navideño con 200 victorias en su historia rojiblanca: nadie ha alcanzado las dos centenas de triunfos al mando del Athletic.
La disputa tomó calor en un escenario en el que mandaron los protocolos arbitrales. Y es que en apenas un par de jugadas se dieron un claro penalti no pitado de Herrando, por mano, y el gol de Torró, tras una falta más que dudosa de Nico sobre Kike Barja. Por partes. El VAR revisó una mano de Herrando a disparo de Iñaki Williams, pero rascando en el arranque de la jugada observaron una posible falta de Galarreta a Oroz. El árbitro se dio una vuelta por el monitor y cobró la falta. Se sacó la misma y Quintero decretó una nueva falta de Nico sobre Barja, que fue tan extraña que provocó las risas de los contendientes.
No hubo bromas cuando en la continuación Lucas Torró marcó el 1-0. Hasta entonces el equipo que más había disparado entre los tres palos fue el Athletic, que no tardó nada en igualar la contienda. Guruzeta, que es uno de los que lo había intentado antes, cabeceó a la red un centro de Iñaki Williams. El partido estaba ya desencadenado. Y no se dieron más goles porque en el 39' Simón tuvo una gran respuesta a remate de Oroz.
Riendas tensas
El descanso sujetó los caballos. La frescura y alegría del primer acto desaparecieron en una segunda mitad en la que las riendas estuvieron mucho más prietas. El fallo penalizaba y los dos equipos lo sabían. En esas, hacerse con el dominio exigía de una velocidad y precisión que no afloraron en ninguno de los dos equipos. Así que la pelea se iba apagando a medida que se acercaba el final del encuentro. Llegada la hora del partido, el punto no parecía malo para ninguno. Perderlo, un fastidio.
El que más insistió para llevarse lo que estaba sobre la mesa fue el Athletic. En el minuto 65, un jugadón de Iñaki Williams acabó en un buen remate que tuvo una genial respuesta de Herrera. El portero confirmó lo que apuntaba: fue el mejor jugador de Osasuna sobre el campo. Casi 10 minutos después Berenguer aprovechó un balón perdido para dibujar un disparo imparable. El gol de la victoria ante su equipo de cuna no tuvo celebración por respeto a la que fue su afición, que sin embargo le pitó en gran mayoría desde que pisó el campo tras sustituir a Sancet.
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