- Estadísticas Así vivimos el Las Palmas - Valladolid
Como el cuchillo que cae, nadie se atreve a coger a un Valladolid arrasado y colista de Primera división. Un equipo plano y previsible al que Sandro Ramírez, siempre escoltado por Moleiro, desnudó con dos golazos. Solo la falta de intensidad defensiva inquietó a Las Palmas que de la mano de Diego Martínez camina con paso firme a por el objetivo de la salvación. Decisiones que marcan temporadas.
19 minutos duró la resistencia del Pucela. Había avisado Fabio con un disparo lejano que paró Hein, pero cuando Moleiro la cazó y pensó, mostró las vergüenzas del entramado defensivo del Valladolid.
El cerebro de Las Palmas, sentó a dos rivales, apuró línea de fondo y la puso atrás. Tras varios rebotes, el balón quedó muerto y Sandro mostró su oportunismo para marcar el primer gol de la tarde en el estadio Gran Canaria.
El gol alteró el guion de un Valladolid inoperante, incapaz de dar dos pases ni de presionar y, totalmente, sometido por un rival que le superaba en calidad e intensidad. Aguantaron los pupilos del técnico interino, Álvaro Rubio, un par de acometidas de Las Palmas que no acertó a definir con Fabio ni con Moleiro.
Las Palmas concede atrás
Sylla y Marcos André figuraban como dos fichas en el campo de la narración de MARCA, pero poco más. Sus compañeros eran incapaces de hacerles llegar la pelota hasta que faltaban 10 minutos para el descanso.
Un disparo alto de Kike Pérez tras una buena jugada de Lucas Rosa fue el primer aviso del Pucela en el primer acto. Una jugada que nace de un error en la salida de Essugo.
La falta de intensidad en la defensa canaria era evidente. En otra jugada aislada les pintaron la cara y les empataron. Un centro colgado al segundo palo, lo prolongó Sylla que le ganó el salto a Viti y la puso para que Marcos André la empujara a la jaula. Reaccionaba un Pucela que había mostrado muy, pero que muy poco, pero igualaba la contienda.
Nuevo escenario, mismo goleador
La relajación de Las Palmas propiciaba un nuevo partido. En él, Sandro quería seguir siendo protagonista. El canario firmó el doblete con una rosca majestuosa que clavó en la escuadra de Hein. Diego Martínez sacó a Campaña por Essugo para dotar de criterio su medular y dominar a un Valladolid que invitaba a ello por previsible.
Fabio, que se perderá el próximo partido por sanción, y Jaime Mata tuvieron el tercero, pero no pudieron con Hein. Quedaba ver si la defensa amarilla mantenía la concentración porque el dominio era total. No hubo error. Las Palmas sigue firme. El Valladolid, hundido.
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