Betis - Sevilla: un derbi es otra historia

“Todo aquí es ficticio, excepto el escenario. Nadie podría inventarse una ciudad como Sevilla”. Con esta frase lapidaria arranca La Piel del Tambor, una de las novelas más aclamadas de escritor, periodista y académico español Arturo Pérez-Reverte. Una cita que refleja como pocas la realidad de un lugar incomparable por sus gentes, su historia, sus tradiciones, su forma de entender la vida y, por supuesto, también por su manera de sentir este maravilloso deporte llamado fútbol.

En pocos lugares en el mundo existe una pasión tan grande y, definiendo al detalle el desenfrenado y entusiasta carácter andaluz, tan llevada siempre al extremo por sus equipos como la que disfrutan y a la vez sufren los sevillanos por Betis y Sevilla. Dos de los clubes históricos de LaLiga que, al menos un par de veces cada año, paran el tiempo a orillas del Guadalquivir para medirse en un duelo cainita sin cuartel en el que están en juego mucho más que tres puntos.

Porque ganar un derbi no es como sumar un domingo cualquiera. Es otra historia. Es un empujón anímico inmenso. Es la calma del deber cumplido. Es sentarse a disfrutar, por unos meses, en el lado bueno de la guasa, las bromas, los piques y los memes. Y, en esta ocasión, es también dar un paso de gigante hacia un objetivo común: estar en Europa la próxima temporada, algo que se antoja fundamental por prestigio, pero sobre todo por dinero.

Un derbi con sabor a Europa

Ahora que las interminables lluvias de marzo han dejado paso al sol, con el mes grande de la ciudad a la vuelta de la esquina, en el Betis sueñan con pelear por su primer título continental en la Conference. El Sevilla, el club más laureado en la Europa League, sabe muy bien lo que significa levantar un trofeo más allá de nuestras fronteras. Pero para poder llegar hasta esas instancias, hay que hacer antes los deberes en LaLiga.

Por eso, esta noche todos los focos apuntarán al Benito Villamarín, donde los eternos rivales de la capital de Andalucía buscarán un triunfo que multiplique sus posibilidades de alcanzar una plaza continental para el próximo curso. Una oportunidad de oro para el equipo de Pellegrini de acercarse a la quinta plaza, que puede valer un pasaporte para la Champions, y una penúltima bala para los de García Pimienta, un equipo irregular que vive desde hace meses a mitad de camino entre el difícil sueño europeo y la pelea por evitar el descenso.

Un Betis lanzado y un Sevilla letal a domicilio

Si lo visto hasta ahora sirviera de algo, no hay duda de que los verdiblancos serían claros favoritos en este derbi. Llegan al encuentro después de enlazar cinco victorias consecutivas en la competición, la mejor racha con el Ingeniero y a solo una del mayor registro histórico en el club. Cuentan con un Isco superlativo, que no encontró su sitio en Nervión, pero que parece llevar toda la vida en Heliópolis. Y a ello han sumado el talento de Antony, un futbolista diferencial que le ha cambiado la cara al equipo en pocas semanas.

Por si fuera poco, recuperan para este trascendental duelo a Johnny Cardoso, el jugador por el que gira todo en el centro del campo, y a Giovani Lo Celso, listo para tener unos minutos. Nombres de mucho nivel con los que intentar decantar una balanza desnivelada claramente en los últimos tiempos hacia un Sevilla que no ganó ayer la batalla de la previa, con la mitad de aficionados en su estadio en el entrenamiento a puerta abierta que su eterno rival, pero que le tiene más que tomada la medida a los derbis.

De los últimos nueve enfrentamientos ligueros entre ambos conjuntos, todos desde la llegada de Pellegrini, los de Nervión han ganado cuatro y empatado cinco. No pierden ante su eterno rival en la competición doméstica desde hace casi siete años. Y sólo en la Copa del Rey, en aquel famoso partido suspendido, sucumbieron ante la tropa del chileno en su camino hacia el título.

Este Sevilla de García Pimienta ya se llevó el derbi de la primera vuelta con un polémico penalti y ha demostrado que a domicilio, con un Lukébakio en racha, es mucho más peligroso que en casa. Hoy tendrá una oportunidad de oro para refrendarlo en un Benito Villamarín a reventar. Pero al técnico catalán las sanciones le han complicado la vida... Sin Sow y sin Agoumé pierde músculo en la medular. Un mal día para quedarse fuera porque un derbi no te lo puede contar nadie. Hay que vivirlo. Es otra historia.