Osasuna se define por su cantera, por Tajonar, por esos chavales que han sido desde siempre de Osasuna y tienen el sueño de jugar algún día en El Sadar. Uno de esos jugadores es Jorge Herrando.
Al igual que Aimar Oroz, Pablo Ibáñez o Moncayola, entre muchos otros, el central de Campanas ha ido quemando etapas en las categorías inferiores de Osasuna. Ha ido creciendo hasta tal punto que Jagoba Arrasate lo subió al primer equipo. Aunque tenía por delante a Aridane, David García, Unai García o incluso Juan Cruz, Herrando esperó su momento por el amor que tiene a la casaca rojilla.
En esta nueva temporada 2024-2025, todo apuntaba a que sería titular por varios motivos. Unai García había perdido ritmo tras unas molestias en la rodilla que arrastraba desde la temporada pasada; David García se marchaba a Qatar y era Jorge quien recogía el dorsal “5” para ser el líder de la zaga.
De hecho, en los primeros partidos ligueros, el eje central de la defensa estaba compuesto por Herrando y Catena y el resultado no fue del todo malo. Pero todo cambiaría con la llegada de Enzo Boyomo y el mal partido (del equipo en general) en Girona. Osasuna, con una victoria, un empate y una derrota, se medía al Celta en El Sadar y tras dar los onces, algo sorprendió a toda la familia rojilla: Boyomo entraba titular a pesar de llevar apenas días en la dinámica rojilla. ¿Y el sacrificado? El sacrificado era aquel chaval de la cantera que una vez más veía cómo se veía relegado a ser el central suplente.
Pero todo pasa por algo y Jorge, como buen osasunista, siempre ha estado ahí cuando se le ha necesitado. Es necesario mencionar los cuartos de Copa del Rey cuando Catena vio aquella tarjeta roja que dejaba a los rojillos a merced de los txuriurdines con un 2-0 en contra y un jugador menos desde la primera parte.
Ahí salió Herrando, en una tesitura compleja, con poco que ganar y mucho que perder, pero no se arrugó. Por orgullo y por el honor de toda la afición desplazada, firmó un gran partido que fue de lo más destacado de los rojillos. Toda la afición esperaba que, frente al Mallorca, Herrando jugara en vez de Catena. No por castigar al mostoleño, sino por premiar el trabajo incansable de Jorge. Tampoco fue así, y los y las rojillas se preguntaban: ¿Qué debe hacer Jorge Herrando para ser titular? La respuesta es fácil, y así lo demostró con sus alineaciones Vicente Moreno: si Boyomo y Catena estaban para jugar, Herrando sería suplente.
Sería frente al Mallorca cuando a Jorge Herrando se le abriría un camino hacia uno de los escenarios más prestigiosos (y difíciles de la temporada): el Real Madrid en El Sadar. De forma más detallada, el de Campanas contra Mbappé. Y cuando la mayoría de los jugadores con la edad y la trayectoria de Jorge podrían intimidarse, amedrentarse o verse superados desde el inicio frente a una superestrella, Herrando no se arrugó y firmó un partidazo siendo decisivo.
En concreto, hay una jugada en la segunda parte, con el empate a 1, en la que Kylian Mbappé se internó en el área y, cuando estaba a punto de ajusticiar la portería rojilla, ese central que desde siempre ha sido de Osasuna, que ha trabajado en silencio por encontrar su hueco, que cuando parecía que sería titular indiscutible acabó en el banquillo, metió la pierna y robó un balón decisivo a uno de los mejores jugadores del mundo.
Y es que Jorge Herrando es eso, un chaval que jugó gran parte de su infancia y adolescencia en Luis Amigó, el equipo de su colegio y que era y es de Osasuna, de su cantera, de lo que nutre al primer equipo y lo que hace que todos los rojillos se sientan orgullosos de su club. Compagina el fútbol con una carrera universitaria; pasa de defender a Mbappé a hacer un examen sobre nutrición. Y aun así, él dice que lo lleva con “normalidad”. Quizás es eso lo que hace a un jugador ser grande, esa humildad y esa constancia. Herrando llevaba tiempo tocando a la puerta de la titularidad del primer equipo; ahora ya la ha tumbado.
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