Álex Suárez jugó sus últimos minutos hace un mes. Fue en el UD Las Palmas - Alavés en el que el capitán fue sustituido en el minuto 60. No jugó ante el Celta, a pesar de que el entrenador utilizó un sistema con tres defensas centrales.
Tampoco apostó por Suárez el pasado sábado ante la Real Sociedad. Una sorpresa, teniendo en cuenta que hasta ese momento era el cuarto futbolistas con más minutos de la plantilla. El entrenador se ha decantado por Herzog, que va adquiriendo cada día más protagonismo.
No jugar, en ocasiones, suele mermar la moral del futbolista. Sobre todo, si el momento es tan delicado como el que atraviesa la UD Las Palmas.
Lejos de desanimarse, Álex ha redoblado su compromiso con el club de su vida, aquel donde se formó desde las categorías inferiores y con el que soñó debutar en Primera División. En los entrenamientos, su actitud sigue siendo ejemplar, pero sobre todo se le ha visto ser líder en los partidos que le ha tocado sentarse en el banquillo:
"Álex Suárez estuvo muy presente en el partido de Vigo. Porque ser capitán y mostrar liderazgo cuando juegas y cuando no juegas es lo más difícil del fútbol. Cuando las cosas van bien es muy fácil darnos abrazos o ser capitán. Álex es un gran ejemplo", señaló Diego Martínez hace una semana.
Es, a pesar de la decisión del técnico, el mayor apoyo que está teniendo Martínez: "Estamos a muerte con el entrenador y no hay ninguna duda", itió el pasado 6 de marzo, la última vez que le tocó acudir a sala de prensa. Desde el banquillo ayuda y anima a los compañeros. También cuando 'la historia' no va con él, pero se ve en la obligación de calmar los ánimos de una grada que recriminaba compromiso a Sandro y a Januzaj.
Decisión de Diego Martínez
El entrenador hablará mañana en sala de prensa. Lo hará antes de que el equipo viaje a Madrid para medirse el sábado ante el Getafe. Una de los nombres que se pondrán encima de la mesa será el del capitán. Diego Martínez tendrá que decidir si Álex Suárez entra entre los 11 elegidos para, después de cuatro meses, conseguir una victoria.
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