Aunque Diego Martínez no quiere que el partido se centre en los entrenadores, "Con todo el cariño a Bordalás, los entrenadores no nos enfrentamos sino los equipos", este UD Las Palmas - Getafe es un duelo de banquillos y de pizarras. Las de dos entrenadores hechos a sí mismos y que han esquivado las modas que imperan en el fútbol moderno. Cada uno, a su manera, consigue sacar rendimiento de las plantillas que tiene y se saben adaptar a las necesidades de sus equipos.
Martínez no ha escatimado en elogios para su colega del Getafe: "Es un técnico de gran trayectoria, hemos competido tanto en Segunda como en Primera. Es un privilegio como entrenador joven que me considero, aunque cada vez con más canas, enfrentarme a técnicos de gran trayectoria". Eso sí, el técnico de Las Palmas no ha querido caer en la trampa de ponerse una etiqueta al ser preguntado por el entrenador rival: "Entiendo que es usted Bordalista", le decía un periodista en sala de prensa. Diego Martínez ha sido claro y contundente al respecto: "Aunque iro a muchos entrenadores, yo soy Diegomartinista".
Esa contienda en los banquillos pasa por las pizarras de uno y otro entrenador. Martínez tiene controlado los puntos fuertes del rival: "Con el Getafe hay pocos espacios y será un partido para cocinar a fuego lento". De la misma forma ha querido eliminar el estigma que pesa durante años sobre el club del sur de Madrid en general y su entrenador en particular: "El Getafe hace muchas buenas cosas, pero a veces simplificamos las lecturas".
Diego Martínez y José Bordalás, dos entrenadores con las cosas claras y que se han ido trabajando su carrera desde bien abajo. Tan parecidos y a la vez tan distintos. Un partido de esos llamados de cuatro puntos entre dos equipos de autor, en el que sus entrenadores tienen un papel importante. El pitido inicial ya ha comenzado en sus cabezas.
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