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Misa Rodríguez, jugadora del Real Madrid y de la selección española, fue la última testigo en prestar declaración en la sede de San Fernando de Henares de la Audiencia Nacional el tercer día de juicio del 'caso Rubiales'.
Misa iba dos puestos por detrás de Jenni en la entrega de las medallas -en medio estaba Alexia Putellas-, pero ni vio ni escuchó nada en la escena del beso no consentido por parte de Luis Rubiales. “Con Jenni hablo ya en el vestuario. Nos cuenta, de manera sorprendente, que Luis Rubiales le había dado un beso. En ese momento no le hago mucho caso, no le doy importancia, porque estoy con mis compañeras cantando y celebrando”, apuntó.
“En el vestuario la vi bien, pero hubo un momento que estábamos haciendo un directo con (Laia) Codina que salió a hablar con Rubiales. Luego en el autobús bajamos pulsaciones y la vi dispersa, pensando en otras cosas y cabizbaja. En ese momento no hablé con ella”, reveló. “En la cena en el hotel lo volvió a contar y nos dijo que estuvo incómoda y que no sabía cómo reaccionar”, añadió. Sobre las bromas que se vio a las jugadoras hacer en el autobús, la canaria dijo que "se bromeó hasta el momento en el que Irene soltó un comentario de: 'Chicas, esto es muy serio'. Sí que sentimos que era una cosa muy grave", aseveró.
Al montar en el avión, cuenta Misa, hablaron de lo acontecido en el autobús camino del aeropuerto. “Nos dice que hiciera un vídeo o declarase que el beso había sido consentido y restarle importancia. Ella en ningún momento quería hacer nada, sólo descansar, estar tranquila y disfrutar del momento”, aseveró. “La vi triste, iba de un lado a otro, no estaba bien”, subrayó. La canaria vio a Jenni llorar en varias ocasiones, sobre todo tras hablar con Luis Rubiales. “La vi llorar cuando llegó al asiento y fuimos (Alexia Putellas, Irene Paredes, Laia Codina y ella) a hablar con ella. Nos dijo que se sentía presionada porque querían que hiciera un vídeo el cual ella no quería. La dijimos que se durmiera un rato y descansara”, relata.
Mientras ella dormía, el resto de futbolistas vio cómo la expedición federativa hablaba sobre el beso. “Eso no tiene importancia”, dice que dijo un miembro de VOX y que iba cerca suya. También vio la conversación entre Rubiales y Vilda y el siguiente movimiento del seleccionador. “Me sorprendió que Jorge Vilda fuera a la zona de familiares. Le seguí y me quedé hablando con mis familiares mientras él daba varias vueltas hasta pasar al lado de Rafa (Hermoso) y se lo dije a Jenni cuando se despertó”, espetó.
Sobre la estadía en Ibiza, Misa relató que “estábamos en un sunset, en la hamaca, y estaba cabizbaja, ida. Seguí recibiendo presiones, en este caso de Albert Luque” y advirtió que vio mensajes en el móvil de Ana Ecube (amiga de Jenni Hermoso). "Estaba claro que estaban allí para ayudar a Luis Rubiales porque vi mensajes (de Luque) sobre eso", expuso. Sobre el presunto hostigamiento por parte de otro de los acusados, Rubén Rivera, dijo que “le insistía que cogiera el móvil; sé que hablaron, pero no sé cuántas veces”, dijo una Misa que se centró en el bienestar de Jenni. “La dijimos que intentara desconectar, pero no era ella. No estaba disfrutando, en su cabeza estaba en otro sitio”, subrayó.
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