Érase una vez un país al que le dieron un Mundial de Fútbol. Era algo que no pasaba desde hacía más de 40 años. Entonces, era una nación con una democracia en pañales y que cada semana contaba muertos porque una banda de asesinos pensaba que cuantos más cadáveres pusiera sobre la mesa, antes llegaría la negociación. A pesar de ello, y aunque le costó la salud a quien pusieron al frente de la organización -digamos que se llamaba Raimundo y se apel
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