El Athletic entra en su lado de sombra. La noche ideal se convirtió en la noche de los lamentos. El Manchester United encarriló el pase a la final con una clara victoria en La Catedral. Que los leones cumplan con el Road to Bilbao y vuelvan a San Mamés para la final del 21 de mayo exigirá de una heroicidad en Old Trafford. Hacer lo que hizo el United y mejorarlo. Es un gran reto. El equipo de Ruben Amorim, que no ha perdido ni uno de sus 13 partidos del curso, ajustició a los leones en la primera mitad con un definitorio 0-3. El tercer gol llegó con el Athletic jugando en inferioridad por expulsión de Vivian en la jugada que dio origen al penalti que supuso el 0-2.
Dos minutos. ¿Qué son? En fútbol dan para mucho. En el caso de la semifinal entre Athletic y Manchester United para algo más que una vida. El United sólo necesitó de dos minutos para tomar una ventaja de dos goles en la primera de las dos puertas que hay que abrir para tener plaza en la final Europa League del 21 de mayo en San Mames. En esos dos minutos, recién cumplida la media hora de juego, Maguire se disfrazó de extremo poderoso para tentar dos veces en el regate a Jauregizar y poner un balón que terminó con Casemiro cabezeando a la red una prolongación, también de cabeza, de Ugarte. Y dos minutos más tarde el italiano Di Paolo, árbitro de VAR, invitó a Eskas, el árbitro de campo, para pasarse por el monitor. Y después de mirar y remirar decidió que aquello era penalti y expulsión de Vivian. El peor de los castigos. Los rojiblancos se quejaban de que en el inicio de la jugada había habido mano de Garnacho.
El penalti y la expulsión terminaron con el partido propuesto. Hasta entonces, la película había sido entretenida. Con una buena parada de Onana a Berenguer, un remate desviado de Iñaki Williams cuando lo había hecho todo bien para adelantarse a los defensores del Manchester United y un gol anulado a Garnacho por fuera de juego. Desde el penalti y la expulsión tocaba vivir una noche despiadada, en la que tocaba trabajar a destajo con pocas opciones de obtener rédito. Más todavía cuando lindando con el descanso Bruno Fernandes hizo el 0-3. El Athletic agradeció la tregua porque en ese periodo en el que estuvo en la lona Mazraoui también lanzó un tiro al larguero.
En la segunda mitad había que contener daños y evitar que el United jugara cómodo al espacio. Los leones apenas tuvieron un par de llegadas, así que tuvieron que vivir lo que restaba de partido en campo propio evitando que los de Amorim tomaran todavía más distancia. El partido estaba ya reventado y el Athletic tuvo que hacer un gran esfuerzo para desligarse de las decisiones del árbitro, que más de una vez les dejaron con ganas de contestarle de malas maneras. El equipo terminó el encuentro en el área del Manchester United, aunque resquebrajado por dentro.
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