A esto hay que sumar el premio final: el campeón sumará 7 millones, mientras que el subcampeón también recibirá una suma considerable de 4 millones de euros. En total, el equipo que se consagre en Breslavia puede superar los 15 millones de euros en ingresos solo por su desempeño en la competición.
El contexto de la final agrega una narrativa única. El Real Betis, que nunca había llegado a una final de un torneo europeo, vive una campaña inolvidable que ya ha entrado en la historia del club.
Del otro lado, el Chelsea, en un intento por redimirse tras temporadas irregulares en la Premier League, ha encontrado consuelo en la Conference y en su clasificación para la próxima Champions.
El escenario elegido, el Stadion Wroclaw: albergó a más de 40.000 aficionados en una ciudad cargada de historia como Breslavia. El árbitro bosnio Irfan Peljto fue el encargado de dirigir el encuentro.
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