Tremenda y sufrida victoria del PSV en el pequeño Maracaná de Belgrado (2-3) que permite a los neerlandeses prácticamente clasificarse para los dieciseisavos de final y elimina ya a Estrella Roja con apenas tres puntos.
El partido tuvo dos partes completamente opuestas desde que arrancó con cero grados redondos en el ambiente. Desde el inicio, los visitantes pese a la baja del alemán Malik Tillman, jugaron a esperar la baza de su principal ariete, el incombustible Luuk de Jong, que no defraudó ni por veteranía, ni por colocación ni por remate.
La tuvo antes el Estrella Roja en una cabalgada de Ndiaye en solitario, algo escorada, que tiró tarde y al muñeco, en este caso Benítez, que sacó el rechace quieto en su puesto.
Apenas tres minutos después respondía De Jong con un remate de córner servido por Veerman, casi en el punto de penalti, preciso, a la escuadra de un Glazer que nada pudo hacer. Apenas cinco minutos después y desde el otro córner, repetición de la jugada, esta vez con el espigado delantero casi en el área pequeña rematando a placer otro centro de Veerman.
El regreso del 23 fue espectacular en sus servicios al 9. Se ha perdido cuatro partidos de la Liga de Campeones esta temporada debido a lesiones, pero con dos asistencias esta noche, el jugador de 26 años ha demostrado su valor para el PSV y su impresionante ejecución de jugadas a balón parado.
Para terminar el tembleque local con los balones al área desde el córner, Ryan Flamingo aprovechaba un despeje de Glazer y sin dejar caer el balón un tremendo voleón en medio de la portería subía el 0-3 al marcador en un visto y no visto.
Tras el descanso volvieron tarde del vestuario los chicos de Milojevic (debió haber filípica al descanso) porque se les iba la Champions casi sin oponer resistencia. Eso sí, salieron con algo más de brío y en una contra llegó el susto para el PSV.
Control largo en la contra de Radonjic... y la falta en el repliegue del autor del 0-3, Flamingo, ligera, más un tropezón, pero siendo el último hombre, si era falta era expulsión... y fue expulsado.
¿Había tiempo para una remontada?, lo había porque necesariamente se estiró Estrella Roja y PSV perdió tanto el control de salida de balón como la precisión en el contraataque, se quedó romo y reculó. Lo aprovecharon los serbios, líderes en su liga como los neerlandeses, con la salida también de Maksimovic para meter brío en la presión, y fruto de los arreones constantes llegaron los dos goles, también veloces.
El primero llegó de cabeza con Ndiaye, tras una gran rosca de Djiga. Solo el delantero remató a bocajarro de cabeza y picado ante un Benítez superado. Cinco después, otro cabezazo llevó el delirio a la grada con Djiga, que había perdonado minutos antes, rematando con especial virulencia un centro casi al área pequeña.
A partir de ahí llegó un correcalles porque el PSV no quería un empate que, con el Liverpool de fondo, dejara temblando sus opciones. Elsnik en el 81 tuvo el empate con un tremendo remate repelido por Benitez mientras que Veerman tuvo el 2-4 con una sensacional media vuelta un balón que lamió el poste. El primer tiro del PSV en toda la segunda parte, que comparada con la primera fue mucho más deficiente.
El brasileño Bruno Duarte tuvo la última de los locales en un remate alto de cabeza con un buen giro en el aire, pero la gasolina y el tiempo ya no daban para más.
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