En el fútbol europeo, hay gestas que definen carreras y marcan épocas. El triplete -ganar Liga, Copa y Champions en una misma temporada- es una de ellas. Solo dos entrenadores han sido capaces de firmarlo en dos ocasiones: Pep Guardiola y, desde este sábado en Múnich, Luis Enrique Martínez. Ambos comparten mucho más que una hazaña: los dos forjaron su leyenda como jugadores y técnicos del FC Barcelona y consiguieron su primer triplete al frente del banquillo azulgrana.
Luis Enrique escribió una página dorada en la historia del Paris Saint-Germain al conquistar la primera Champions League del club. Lo hizo, además, con autoridad: un rotundo 5-0 al Inter de Milán en la final disputada en el Allianz Arena. Un desenlace inesperado para un equipo que en otoño estuvo al borde del naufragio en la fase de grupos y que tuvo que pasar por los dieciseisavos ante el Brest para mantener vivo el sueño europeo.
Desde entonces, todo cambió. El PSG se transformó en una máquina de competir, sin Mbappé pero con un Dembélé desatado —33 goles en el año—, la creatividad de Kvaratskhelia y la irrupción definitiva del joven Doué, autor de dos tantos en la final. Tras dejar en el camino a Liverpool, Aston Villa y Arsenal, el conjunto parisino culminó una temporada inolvidable bajo el mando de un técnico que supo reconstruir el proyecto desde la convicción y el estilo.
El triunfo en Múnich cierra un círculo perfecto para Luis Enrique, que también había logrado el triplete con el Barça en Berlín en 2015, precisamente en otra final contra un equipo italiano, la Juventus. Diez años después, vuelve a levantar la ‘orejona’ en suelo alemán. De la MSN a un equipo sin estrellas absolutas pero con un sello colectivo incuestionable.
Guardiola, por su parte, inscribió su nombre en el club de los dobletes históricos tras ganar con el Barça en 2009 y con el Manchester City en 2023, en otra final ante el Inter. Ambos han liderado equipos que marcaron tendencia, que no solo ganaron, sino que transformaron la manera de entender el juego.
Dos entrenadores únicos
Luis Enrique, además, entra en el reducido grupo de entrenadores que han ganado la Champions con dos clubes distintos, un selecto club donde ahora su nombre brilla con luz propia. Su PSG no solo ganó, arrasó. Y lo hizo dejando atrás los fracasos de la era de los Messi, Neymar y Mbappé, jugadores que no lograron llevar al club al trono de Europa.
Curiosamente, el PSG de Luis Enrique empezó a cambiar el curso de su historia en la fase de grupos con un 4-2 ante el Manchester City de Guardiola. Aquel duelo directo, cargado de simbolismo, fue el principio de una transformación que culminó en lo más alto.
Y en medio de la celebración, un gesto imborrable: Luis Enrique alzando la camiseta en recuerdo de su hija Xana. “No necesito ganar una Champions para sentirla”, dijo emocionado.
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