Es difícil encontrar, por no decir prácticamente imposible, un recinto de construcción tan reciente que sea más peculiar que el Estadio Municipal de Braga. La ciudad portuguesa levantó en 2004 uno de los estadios de fútbol más curiosos del mundo debido a que solo tiene dos gradas laterales destinados para los 30 286 espectadores... y uno de sus frontales, que no puede 'animar' pero que impresiona como ningún otro, es una pared gigantesca de granito.
Yo no conozco ninguno parecido de los que he visto en Europa. Cuando lo ves, cambias de opinión porque es un estadio que impresiona"
Abel Ruiz a MARCA
MARCA acudió a la llamada especial que genera siempre las primeras veces... y es que Braga y Real Madrid se verán las caras por primera vez en la Champions League en el partido de mañana. Porque las primeras veces, que siempre son especiales, sirven también para dejar un recuerdo imborrable en los futbolistas: "Es un estadio muy bonito y especial. Excompañeros como Sergio Gómez y Juan Miranda nos vacilan con la montaña. Pero es mejor, por lo menos yo no conozco ninguno parecido de los que he visto en Europa, es especial. Yo a 'Miri' y a Sergio siempre les he dicho que tienen que venir y verlo en directo. Cuando lo ves, cambias de opinión porque es un estadio que impresiona", explicó Abel Ruiz a este diario.
Tres datos curiosos
Construido para la Eurocopa de fútbol celebrada en Portugal en 2004, el Estadio Municipal de Braga, conocido también como la Cantera, se sitúa sobre el terreno escarpado de una antigua cantera de granito en la ladera norte del monte Castro. El proyecto, que inicialmente debía emplazarse en un desafortunado solar de la vaguada junto al río, fue desplazado para aprovechar este entorno singular.
En 2011, el arquitecto portugués Eduardo Souto, encargado de reinventarse el estadio, recibió el premio Pritzker de arquitectura, que para obtenerlo es necesario la demostración de un alto nivel de creatividad en el diseño de una obra.
La enorme cantidad de roca que se extrajo durante la construcción del estadio contribuyó en gran medida al coste final de 83 millones de euros, algo que terminó mereciendo la pena tras ser designado por propia UEFA como uno de los estadios más interesantes del mundo del deporte.
