FUTBOL
Barcelona

El Gobierno se inscribe en el bochorno

La opinión de Juan Ignacio Gallardo

Pilar Alegría, ministra de Educación.
Pilar Alegría, ministra de Educación.EFE
Actualizado

Resulta inaudito que un órgano político como es el CSD (con su indiscutible sesgo ideológico, con sus intereses de partido, con sus filias y sus fobias y con su indisimulado afán intervencionista en el fútbol), se pueda convertir en un arbitrario juez capaz de contradecir sus propias validaciones, desautorizar a los organizadores de una competición, pisotear sus normas, convertir los reglamentos en papel mojado y ningunear a sus órganos de decisión.

Resulta preocupante (aunque muchos lo veían venir en cuanto se presentara la ocasión) que el CSD ejecute una resolución de tan marcado tinte ideológico con el sospechoso propósito de atizar a los presidentes de la RFEF y LaLiga, Louzán y Tebas, por no ser estos afines al PSOE.

No cabe mucha más interpretación a la concesión de una cautelar que sólo beneficia al club infractor y deja en situación de indefensión y desventaja al resto de clubes que cumplen con esfuerzo las exigencias económicas vigentes. Que el club beneficiado sea (curiosamente) el Barcelona no hace sino aumentar las conjeturas de quienes hacen una lectura de servilismo hacia los partidos catalanistas socios del gobierno.

El Gobierno se inscribe así (sin ningún rubor) en el absoluto bochorno que envuelve todo este asunto, del que antes eran víctimas Dani Olmo y Pau Víctor y ahora lo son todos los demás equipos e instituciones futbolísticas. Justo al contrario de lo que el CSD expone en su argumentación, esta decisión hace un grave daño a nuestra Liga y a nuestro fútbol, ya que podría adulterar la competición.

Y lo más surrealista (y un tanto pueril), es la afirmación de que toman esta decisión para no perjudicar a la selección española. Esto me deja perplejo. No sólo porque el propio CSD anuncia que esta medida tiene carácter provisional, por lo que ya se habrá resuelto en firme para el próximo partido de la selección; o porque da a entender que si los jugadores implicados fueran de otro país hubiesen actuado discriminatoriamente en otro sentido; es que establece un criterio absurdo y un tanto infantil a la hora de hacer cumplir las normas y los reglamentos.

Ya puestos a defender a la selección, que el CSD lo haga con la de Pelota Vasca y frene por todos los medios el escandaloso asunto de la inclusión de la Federación de Euskadi en la Federación Internacional. Otro bochorno máximo. Pero, claro, ahí con los otros socios de gobierno hemos topado, amigo Sancho.

Sinceramente me apena que Olmo y Pau no pudieran ser inscritos, y verdaderamente quiero lo mejor para la selección, pero las cosas hay que hacerlas de otra manera. Básicamente, hay que hacerlas bien.

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