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Sagi Barba, el primer Lamine Yamal

Un jugador genial, amigo de Dalí, que debutó con el Barcelona con 16 años

Piera y Sagi Barba, los dos extremos del Barcelona de los años 20 del pasado siglo.
Piera y Sagi Barba, los dos extremos del Barcelona de los años 20 del pasado siglo.ARCHIVO MARCA
Actualizado

El 8 de diciembre de 1916, el Barcelona disputó un amistoso contra el Deportivo en la Ciudad Condal. Lo hizo con su equipo de reserva. Fue la primera vez que en una alineación azulgrana apareció el nombre de Emilio Sagi Barba, un joven de apenas 16 años. Posiblemente, el primer genio de la historia del club.

Sagi jugó varios partidos más con un Barça que, por entonces, solía prescindir de su once ideal en algunos encuentros. Hasta marzo de 1917. Una plaga de lesiones puso en jaque a John Richard Greenwell, pionero entre las leyendas del banquillo culé. Preparaba dos amistosos frente a uno de los equipos más potentes del norte: la Real Sociedad.

El técnico inglés llamó personalmente a casa de Sagi para tantear si estaba listo para jugar. No quedó lugar a dudas. El 18 de marzo de 1917 comenzó la historia de alguien que fue mucho más que un futbolista genial. Fue un extremo distinto, de talento puro.

Sagi Barba.
Sagi Barba.ARCHIVO MARCA

De Argentina a Barcelona

Emilio nació el 15 de marzo de 1900 en San Carlos de Bolívar, una localidad del interior de la provincia de Buenos Aires. Su padre era una de las grandes figuras de la historia de la música: el barcelonés Emilio Sagi Barba, un barítono universal con una huella imborrable en la zarzuela. El segundo apellido del niño era Liñán, el de Concepción, su madre, pero…

Con solo tres años, Emilio llegó a Barcelona, donde pronto quedó fascinado por el fútbol. Se aficionó al balón en el colegio Condal y más tarde en el de Bonanova. Su vínculo con el Barcelona comenzó después, a través de equipos vinculados a su cantera, como el New Catalonia y Els Tranquils.

En esos días de fútbol en la calle y en la playa se hizo muy amigo de un chaval nacido en Figueres: Salvador Dalí. El tercero de la pandilla también aparecería muchas veces en la prensa: Pepe Samitier.

Obra de Salvador Dalí en homenaje al fútbol.
Obra de Salvador Dalí en homenaje al fútbol.

Contra y con Zamora

En noviembre de 1917 llegó el debut oficial de Emilio Sagi Barba en el primer equipo del Barcelona. Fue ante el Español, en el Campeonato de Cataluña, en casa del conjunto perico, con Ricardo Zamora como portero rival. La prensa de Madrid describió al joven guardameta como “posturero”, mientras que la prensa catalana valoró al extremo azulgrana con entusiasmo: “Nos parece un gran jugador”.

Poco después, Zamora ficharía por el Barça y se uniría a Sagi-Barba en un equipo que, durante décadas, sería considerado el mejor de la historia del club. Su alineación se recitaba de memoria: Zamora; Planas, Surroca; Torralba, Sancho, Samitier; Piera, Vicente Martínez, Gracia, Alcántara y Sagi Barba.

El Barcelona campeón de Sagi Braba.
El Barcelona campeón de Sagi Braba.ARCHIVO MARCA

A Emilio lo apodaban Tití por su agilidad, comparada con la de un simio. En un vestuario lleno de egos —Zamora, Samitier, Alcántara...—, él, hijo de una estrella de la ópera, destacaba por su sencillez y humildad.

Ese Barcelona fue campeón de Cataluña. El 11 de mayo de 1919 disputó un amistoso ante el Badalona. Una semana después, Emilio no jugó la final de Copa, que el Barça perdió ante el Arenas de Getxo. Curiosamente, ese mismo 18 de mayo, un periódico de Madrid publicó por error la muerte del barítono Emilio Sagi Barba, padre del futbolista. Era falso.

Boda, adiós y vuelta

El amistoso ante el Badalona supuso una pausa. Emilio, con 19 años, se casó con Federica Villmatjana, hija de un acaudalado miembro de la alta burguesía barcelonesa, autor teatral y empresario con negocios en el mundo del arte. El extremo decidió dejar el fútbol, dedicarse a su familia, centrarse en sus estudios de ingeniería y explorar un campo dentro de los negocios de su suegro en el que, con el tiempo, se convertiría en un fenómeno: el de la publicidad.

Fue un visionario, un adelantado. En una época en la que los anuncios estaban prohibidos dentro del terreno de juego, suya fue la idea de aprovechar las paredes exteriores de Las Corts para llenarlas de reclamos publicitarios.

El fútbol ocupaba un segundo o incluso tercer plano en su vida profesional, aunque su corazón siempre fue azulgrana. Así fue hasta el día de Navidad de 1921. se día cambió todo, ante el Sparta de Praga, cambió todo

La banda izquierda del Barcelona volvió a estar ocupada por el “hábil, ágil, rápido, intuitivo” Sagi Barba. Se reanudaba una historia en la que su nombre iba a quedar impreso en la memoria del club como uno de los futbolistas más brillantes y originales. Uno distinto, como su gran amigo Salvador Dalí.

Ese camino con la camiseta del Barcelona duró hasta el 30 de junio de 1932. En la casa del Reus, en un amistoso resuelto por Artigas (0-1), se vio la última imagen de Sagi Barba vestido de azulgrana. Atrás dejaba 17 años, 506 partidos, 143 goles, una Liga (la primera en España), cuatro Copas y una decena de campeonatos de Cataluña.

El gran barítono Emilio Sagi Barba.
El gran barítono Emilio Sagi Barba.

La selección la tocó dos veces: el 19 de diciembre de 1926 (4-2 ante Hungría en Vigo) y el 27 de mayo de 1927 (el día que España jugó dos partidos, uno ante Italia y otro contra Portugal. A él le tocó el de Madrid, ante los lusos).

“Juegas de falsete”

En 1932, padre e hijo colgaron las botas. “Juegas de falsete”, bromeaba el progenitor, barcelonista a ultranza, durante la última temporada de su vástago en la élite, cuando sus piernas ya no eran las del chaval de las playas de la Costa Brava. “En mis buenos tiempos, duraba yo más en un calderón —sonido prolongado— que tú en un sprint”, le azuzaba.

El barítono anunció que se retiraba de los escenarios, aunque continuó actuando de manera esporádica hasta su muerte, anunciada a la prensa por su hijo el 7 de agosto de 1949.

Emili Sagi Barba hijo dejó de jugar y se entregó por completo a su faceta de publicista. Comprendió que el deporte era un excelente terreno para su actividad. Se asoció con Valentí Castanys i Borràs (Barcelona, 1898-1965), un extraordinario dibujante, para explotar una fórmula novedosa: folletos, deporte, humor y dibujos. Al talento del brillante ilustrador —espejo de la convulsa vida catalana durante la Segunda República—, Sagi Barba aportó inversión monetaria y esfuerzo físico. Era habitual verlo en los alrededores de Las Corts antes de los partidos, repartiendo pasquines.

La Guerra Civil, la cárcel

Así llegó la Guerra Civil. En los archivos policiales, el nombre de Emilio Sagi Liñán aparecía identificado como el del famoso futbolista, pero también como una persona muy cercana a las ideas catalanistas y a Esquerra Republicana.

Ficha de Emilio Sagi Barba en el archivo de la Memoria Histórica.
Ficha de Emilio Sagi Barba en el archivo de la Memoria Histórica.

La implosión de España lo llevó a cruzar la frontera hacia Francia. Desde allí pasó a Argelia y, en 1940, regresó a Barcelona. Su expediente no se había perdido ni estaba enterrado. Sin delitos que justificaran su detención, se rescató una fecha: el 5 de mayo de 1936. Ese día fue itido en la logia Themis, fundada en Barcelona un año antes bajo esta premisa: “Espíritu universal de libertad, igualdad y fraternidad; en cualquier circunstancia y actos masónicos, a nadie se le privará de expresarse en su idioma propio”.

Sagi Barba fue detenido y juzgado el 6 de agosto de 1943. Desde la fiscalía se pidió al Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo una condena de doce años. Se consideró una barbaridad, pero no evitó que pasara tres semanas infernales en la prisión Modelo. Ese tiempo castigó su salud. Murió el 25 de mayo de 1951 en su amada Barcelona .

"El Barça es más que un club"

No es sencillo seguir el árbol genealógico de Emilio Sagi Liñán. Para empezar, la estrella del Barcelona eliminó el apellido de su madre y vivió con los dos de su padre. Se encuentra como Sagi Barba, Sagi-Barba o Sagibarba.

Su hermano Luis, con el que compartió partidos cuando les faltaba gente, nació de un segundo matrimonio del famoso barítono, con Luisa Vela. La figura de Luis Sagi-Vela (Madrid, 1914-2013) es una de las figuras más importantes de la ópera y la zarzuela española del siglo XX.

Del primer matrimonio nacieron Emilio y Enrique. El último (1902-1975) también jugó en el Barcelona, aunque sólo algún amistoso. Trató de triunfar en los escenarios como cantante al lado de su padre, pero al final su vida se centró en su familia y su trabajo en Asturias como funcionario de Correos.

Cuando Emilio se casó con Federica esta fue madre el 13 de febrero de 1921. Víctor Sagi i Vallmitjana fue una figura importantísima en el mundo de la publicidad al frente de la empresa creada por su padre, el Grupo Sagi.

Construyó un imperio que tuvo mucho que ver en el auge político de Jordi Pujol. Cerca siempre del Barça, con el que su padre cerró el primer contrato publicitario (1930), en 1979 se presentó contra José Luis Núñez en las elecciones a presidente. Se retiró antes de votar. “El Barça es más que un club” dijo en uno de los debates, una frase que se convirtió en parte del ADN del barcelonismo. Falleció en 2014.

Mucho antes, en 1934, su tía Ana María Martínez Sagi se convirtió en la primera mujer en entrar la directiva del Barcelona. Tenía 27 años.

Estudiantes, con Aito y José Luis Sagi Vela, arriba a la derecha.
Estudiantes, con Aito y José Luis Sagi Vela, arriba a la derecha.ARCHIVO MARCA

El deporte estaba en la sangre de toda la familia, como la música. El apellido Sagi Vela es una institución en el baloncesto español. Al frente de la saga, Gonzalo, nieto del grandioso barítono, sobrino de  Luis.    Estudiantes, club con el que coincidió con Aito García Reneses, Joventud, Málaga y la selección (82 partidos entre 1972 y 1977) fueron las camisetas con las que desarrolló una gran carrera. Su hermano, José Luis, es una institución en la historia del equipo colegial, donde pasó toda su carrera a excepción de su paso durante cinco años por el KAS Bilbao.

La saga sigue escribiendo páginas hermosas en el mundo de la musical. Emilio Sagi, nieto del cantante por la vía de su primera mujer, maestro de dirección. Fue director del Teatro Real de la Zarzuela y del Real. Ya con más de 70 años, continúa dirigiendo obras por todo el mundo. Y llevando allá por donde pasa la historia de una familia única.

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