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Leo Messi ha dejado clara en varias ocasiones que el Barcelona atraviesa un mal momento. Uno duro. Su cara después del empate contra el Eibar en el Camp Nou evidenció que el argentino, como la gran mayoría de aficionados culés, satisfecho con lo que ve en el terreno de juego.
Leo negó con la cabeza después del pitido del árbitro. El capitán, de pie en la grada, esperaba al desenlace con las manos en los bolsillos y se fue a los vestuarios cabizbajo. En el césped el Barça estuvo errático. Desconocido. Muy lejos del brillo de otras etapas. Muy lejos del equipo que también lideró Messi y levantó títulos.
El futuro de Messi
El Barcelona está muy pendiente del futuro del argentino, que no parece muy convencido de la viabilidad del proyecto. En la última entrevista con Évole, el capitán reconoció que el club vivía un momento muy delicado en todos los frentes. Su futuro, dijo, lo decidirá al final de temporada, pero a día de hoy Leo no parece contento.
El futbolista ha regresado este martes de sus vacaciones en Argentina. En principio, a partir de ahora ya se entrenará con el resto de sus compañeros, una vez superadas sus problemas en el tobillo derecho. El equipo ha echado de menos su aportación ofensiva.
El entrenador, Ronald Koeman, ha destacado la importancia de Messi en la rueda de prensa posterior en el esquema azulgrana. De cara a los próximos compromisos, el técnico holandés intentará exprimir el fútbol de Leo.