Desde que Antoine Griezmann desembarcó en Can Barça, vive con la constante sensación de tener una lupa encima. Todo lo que hace -y no hace- el francés es objeto de debate. Su rendimiento con la camiseta del Barcelona no está a la altura de las expectativas que generó su fichaje, lo que le convierte en uno de los blancos habituales de la crítica azulgrana.
Sobre Griezmann se ha escrito de todo. Que si su relación con Messi es mala, que si su rendimiento en el Barça es bajo porque no está jugando en su posición, que si necesita sentirse importante y eso es algo que en Barcelona le niegan... Lo cierto es que temporada y media después de su llegada a Can Barça, Griezmann sigue sin ser ese jugador decisivo que maravilló en el Atlético de Madrid y la selección sa campeona del mundo.
Si el problema es que no se entiende con Messi, esta noche tendrá una buena ocasión para demostrarlo. Con el argentino fuera de juego -Koeman ha decidido darle descanso y se quedó en Barcelona-, Griezmann tendrá un mayor protagonismo en el ataque azulgrana.
De hecho, lo normal sería que pudiera ocupar esa posición que tanto le gusta, con libertad de movimientos, a la que sólo puede acceder cuando Messi no está sobre el terreno de juego. Esta noche, en Kiev, será el jugador más importante de un ataque barcelonista en el que Coutinho y Dembélé también deberán asumir la cuota de protagonismo que, por salario, están llamados a tener en el Barça.
Su situación
Sobre su situación habló anoche en Universo Valdano. Sobre su rendimiento, puso contexto. "En año y medio tuve tres entrenadores y una pandemia. Así es difícil", indicó. Sobre su relación con Messi, Griezmann dice sentirse respaldado. "Me dijo que le jodió cuando rechacé la primera, pero que una vez estoy en su equipo, iría a muerte conmigo y así lo siento", explicó.Respecto a las críticas, ite que le afectan. "Reconozco que no se está viendo al mejor Griezmann pero a veces se pasan un poquito. Soy una diana fácil porque no hablo", dijo.