Thomas, en el horizonte del Atlético

Mientras Simeone y sus jugadores apuran las opciones de pelear por algún título en este curso tratando de llegar vivos a las cinco últimas jornadas de LaLiga y a expensas del broche del Mundial de Clubes, el director general de Fútbol, Carlos Bucero, ya tiene un ojo también en el siguiente proyecto. Especialmente, en aquellas operaciones en las que resulte esencial adelantarse en el verano. Es en ese contexto en el que Thomas Partey aparece en el horizonte. 

Pese a que el mediocentro ghanés es indispensable en los onces de Mikel Arteta, el Arsenal, ahora con Andrea Berta al frente de la Dirección Deportiva, tiene a Zubimendi como gran objetivo para la próxima temporada, lo que unido a que Thomas queda libre en junio toda vez que cumplirá sus cinco años de contrato sin que exista cláusula de renovación automática alguna, le abre las puertas de salida. De ahí que en el Metropolitano se haya puesto su nombre sobre la mesa conscientes de que se trataría de una gran oportunidad de mercado.

En este sentido, su paso por la Premier no ha hecho más que confirmar la jerarquía de un futbolista que ya se había convertido en un fijo para Simeone antes de que el club londinense abonara la cláusula de rescisión de 50 kilos el último día de mercado del verano de 2020. Además, formado en la Academia, su regreso supondría un fichaje de rendimiento inmediato por su conocimiento de la casa, de los capitanes, del estilo del Cholo, de LaLiga...

No obstante, su regreso a la disciplina del Atlético tampoco resultará sencillo, pues más allá de sus 31 años, su condición de futbolista libre y su cartel de titular indiscutible en el Arsenal (sólo una lesión la temporada pasada le impidió brillar más aún en un periplo en el que ha levantado una Community Shield tras disputar 160 partidos y anotar nueve goles, el último la semana pasada frente al Brentford) le convierten en una opción apetecible para cualquiera. Dicho de otro modo, ofertas no le van a faltar. De ahí que los rojiblancos traten de llegar pronto antes de que se desate una puja por el ghanés en la que ya no tendrían tanta fuerza.

Un vacío durante cuatro mercados

La llegada de Thomas no sólo supondría un salto de calidad a una plantilla en la que complementaría a De Paul, Barrios y Koke en la zona de creación, sino que además colmaría de una vez por todas el deseo de un 5 que se viene resistiendo durante los últimos cuatro mercados.

Después de que ni Torreira, cedido por el Arsenal unos días después del adiós de Thomas, ni  Kondogbia, fichado desde el Valencia aprovechando el periodo extra después del pago de una cláusula, nunca cubrieran el vacío dejado por el ghanés, el Atlético fijó como gran objetivo durante el verano de 2023 la contratación de un 5 de garantías. Sin embargo, nunca llegaría.

Pese a que entonces se pusieron sobre la mesa los nombres de Verratti, Højbjerg, Zubimendi y Amrabat, todos fueron inalcanzables por motivos económicos. Así que en invierno de 2024, aterrizaría Vermeeren, pero más allá de evidenciar que aún no estaba preparado para rendir en el fútbol español, ni siquiera respondía a la figura de un 5. Tampoco habría solución en los dos siguientes mercados pese a que se pensó en la figura de un Milla que si bien resultaba del agrado de Bucero, quedaría descartado al implicar un importante desembolso dada la negativa del Getafe a negociar un traspaso. 

Circunstancias en definitiva que adelantarían varios años la conversión de Barrios en un 5 posicional o que esta temporada, a raíz de la lesión de  Koke (ya en un rol distinto al de antaño debido a su pérdida de velocidad, aunque necesario ante su capacidad para aportar con minutos de calidad, además de su importancia para el vestuario, que llevará al Atlético a ofrecerle otro año más de contrato, tal y como informó MARCA el pasado domingo), haya tenido que regresar Llorente a su antigua posición de mediocentro en varios partidos. De ahí que Thomas se divise en el horizonte como el gran deseado.