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Tres goles y dos asistencias frente al Salzburgo, Mallorca y Getafe constituyen su mayor amenaza en su primer derbi como rojiblanco. Sin embargo, la pasión con la que encarna el coraje y corazón del Atlético (y el ADN de su apellido) no es nueva cuando el Real Madrid se cruza en su camino: a sus 10 años, junto a su hermano Gianluca, empujó frente a la tele desde Buenos Aires mientras su padre conquistaba en el Bernabéu la Copa de 2013 que cambiaba la historia de los duelos vecinales; a los 16, sólo dos meses después de ingresar en la Academia como consecuencia del traslado a Madrid para vivir con El Cholo, Giuliano silenciaba Valdebebas marcando uno de los dos goles que daban el triunfo al Juvenil B (1-2). De ahí que este sábado no sea su estreno, sino que lleva toda la vida jugando este partido, está en sus genes.
“En pocos días se ganó el respeto de sus compañeros y del cuerpo técnico, vino con mucha humildad y desde el primer entrenamiento demostró una ilusión y un carácter competitivo fuera de lo habitual”, recuerda Antonio Rivas, hoy director del fútbol base del Oviedo, con el que sería campeón de División de Honor al curso siguiente (temporada 20-21) de coronarse frente al Real Madrid, ya enrolado en el Juvenil A.
Desde el primer entrenamiento demostró una ilusión y un carácter competitivo fuera de lo habitual
De hecho, las ganas de Giuliano por cumplir el sueño de convertirse algún día en los Costa, Falcao o Griezmann a los que idolatraba a distancia mientras se iniciaba en la cantera de River le hicieron saltarse escalones de dos en dos desde que asomó por la Academia. Así, mediado el curso, aún con 18 años, Nacho Fernández le daba la alternativa en el Atlético B. “La gente puede llegar a pensar que debutó en el filial por ser hijo de quien es, pero nada más lejos de la realidad. Fue un gran profesional. Era humilde y trabajador y está ahí porque se lo merece”, cuenta el ahora técnico en la Federación Española.
No debutó en el filial por ser hijo de quien es, era humilde y trabajador, está ahí porque se lo merece
Un 'obseso' por mejorar
“Que sea hijo de quien es son tópicos. Como ahora, jugaba porque se lo ganaba, tenía muy claro que quería ser profesional. Cómo ha superado su grave lesión habla de lo trabajador que es. Nadie le ha regalado nada. Ya era como es hoy, muy competitivo y ganador”, secunda Rivas.
Como pasa ahora, jugaba porque se lo ganaba, nadie le ha regalado nada. Ya era muy competitivo y ganador
No en vano, tras cada partido, ya en su casa, era el propio Giuliano el que aba con integrantes del cuerpo técnico para preguntarles qué podía hacer mejor, qué fallos tenía... “Así es, era muy receptivo y pedía vídeos para verse y conocer su margen de mejora”, confirma Rivas en relación al año anterior a que, ya con Tevenet, el hijo de Simeone firmara 24 goles en 36 partidos para ascender al filial a Segunda RFEF.
Sinceramente no me sorprende lo más mínimo que esté ahí hoy, trabajo lo tenía y se veía que quería ser futbolista, era cuestión de tiempo
Sería entonces cuando El Cholo llegaría a darle una oportunidad a sus 20 años, por más que haya sido ahora, a los 22, una vez demostrado en Zaragoza, Vitoria y en la mismísima selección Argentina que su progresión no tiene techo, cuando se haya forjado su propio nombre en el Atlético.“Sinceramente no me sorprende lo más mínimo porque trabajo lo tenía y en el día a día era un profesional que se veía que quería ser futbolista. Le venía de casa, tanto de su padre como de sus hermanos. Está claro que con su juventud jugar en todo un Atlético no es fácil, pero era cuestión de tiempo”, concluye Nacho Fernández.
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