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- Directo. Atlético - Mallorca
Cuando el pasado verano en la estructura deportiva del Atlético se decidió que Giuliano Simeone se quedara en el club pocos imaginaban lo que ahora está ocurriendo. Mientras se confeccionaba la plantilla, había una plaza libre que iba a ser ocupada por Carlos Martín o por el argentino. Finalmente fue el internacional con La Albiceleste quien se hizo con el puesto a pesar de que estuvo a un paso de salir al Alavés.
Ser el hijo de quien es provocó una importante cantidad de comentarios, de dudas y de numerosas críticas que poco tenían que ver con el nivel futbolístico del protagonista. Y es que Giuliano había dado muy pocos motivos durante su carrera para que la gente no creyera en él. Todo lo que se ha propuesto lo ha conseguido y ha ido quemando etapas con naturalidad.
Para empezar, pudo salir antes de la disciplina rojiblanca cuando estaba en 2ª RFEF pero se quedó a las órdenes de Tevenet para ayudar en el ascenso con sus goles. Una vez logrado su primer objetivo dio el paso a Segunda división, se hizo un hueco en el Real Zaragoza y demostró que estaba capacitado para jugar en una categoría mayor.
Tras su experiencia en La Romareda llegó el fatídico verano que nunca olvidará. Su grave lesión en un partido amistoso con el Alavés dio la vuelta al mundo y lejos de venirse abajo, se marcó como objetivo disputar los Juegos Olímpicos de París con su selección. Dicho y hecho. Giuliano llegó a tiempo para la cita olímpica y allí se ganó un sitio en el club de su corazón.
La idea que había en el club con él era tener un jugador en la plantilla que pudiera ayudar en los partidos de Copa o en las citas en las que se necesitase dar descanso a la 'Unidad A', pero la mentalidad de Giuliano no sabe de límites. Instalado entre sus ídolos, era momento de ser un futbolista importante y tres meses después nadie le sacaba del once. Aguantó las primeras semanas de la temporada esperando su oportunidad, se movió en demarcaciones a las que no estaba habituado y se ganó a su afición a base de goles, asistencias, entrega, trabajo y unas constantes carreras que acababan día tras día con las opciones de los rivales.
Inconformista por naturaleza, Giuliano disfruta de esta etapa de su carrera deportiva, pero sigue mirando a lo más alto. Siendo uno más de uno de los mejores equipos del mundo, su pensamiento se fue a la Albiceleste, camiseta que ya ha defendido a las órdenes de Scaloni. Con otro reto en el bolsillo y compartiendo titularidades con Julián Alvarez, De Paul o Griezmann entre otros, el hijo de Simeone ya tiene otra cumbre a la vista. Y es que está marcado con rojo en el calendario de Giuliano el Mundial de 2026. Defender La Albiceleste en la Copa del Mundo es su principal objetivo a largo plazo y conseguir un título con el Atlético en los próximos meses, su meta más cercana.
Viendo que todo lo que se ha marcado en su carrera lo ha ido consiguiendo, no hay duda de que Scaloni ya tiene un sitio reservado para él en las convocatorias de Argentina y los seguidores del Atlético siente que esta temporada puede ser el momento de regresar a Neptuno.
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