Una factoría de 600 millones

Detectar talento joven, moldearlo y venderlo. Esa es la filosofía de un Salzburgo que lleva años creciendo gracias a una política que ha deparado más de 600 millones de euros en los últimos lustros. Leer los nombres de los que han vestido los colores del equipo de Red Bull, uno de ellos, explica que pocos clubes han gestionado mejor ese camino.

Así, Haaland es la gran estrella entre la pléyade de talento que ha pasado por el próximo rival del Atlético. Le sacaron del Molde cuando apenas tenía 18 años y marcó 29 partidos en apenas 27 encuentros. El ojo del Borussia Dortmund le atrapó por 20 millones para firmar el arranque de una carrera de leyenda que tuvo su primera gran parada en Salzburgo.

Pero no solo el mediático noruego ha hecho el camino del éxito por la ciudad de Mozart. En Francia, en concreto en el Metz, pescaron a un joven Sadio Mané que acabó dejando más de 23 millones en caja tras firmar 45 goles. Luego llegó el éxito en Anfield, pero fue en Salzburgo donde se dio a conocer.

Pero hay más, muchos más, que han ido llegando, creciendo y dando el rédito económico que eleva a 600 los millones recaudados. Marcel Sabitzer dejó 15 kilos tras jugar en los dos grandes equipos de Red Bull antes de ganarse el pase al coloso alemán, el Bayern Múnich.

Otro que acabó en el Allianz fue Upamecano. Debutó en el Salzburgo con apenas 15 años, se fue al Leipzig para convertirse en uno de los mejores centrales de Europa (el Atlético lo sufrió en sus carnes en la Champions de 2020) y acabó en Múnich por 45 millones.

Una mina inagotable

El listado, interminable, cuenta con jugadores exóticos como Patson Daka. Sus casi 70 goles hicieron que el Leicester pagara 30 kilos por el punta de Zambia. También la Premier, esta vez el Liverpool, fue el destino de un Szoboszlai que fue la gran estrella del Leipzig durante varias temporadas. Un ejemplo perfecto de la mejor factoría de Europa, la de los 600 kilos.