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Sin prisa, pero sin pausa. Sin negociaciones abiertas, pero con conversaciones que suponen una declaración de intenciones. Sin ofertas en firme, pero con una sintonía por ambas partes. Bajo esas premisas se están sentando las bases de una de las grandes prioridades del Atlético para el 2025 que se avecina: la renovación que convierta a Pablo Barrios en uno de los jugadores franquicia del club del Metropolitano. Una especie de bandera como la que ya enarbola Julián Alvarez.
Después de que La Araña aterrizara el pasado verano como el gran fichaje rojiblanco en muchos años (probablemente sólo comparable al impacto que tuvo Paulo Futre en 1987) con el objetivo de que heredara la condición de máxima estrella que aún ostenta Griezmann, el siguiente nombre que aparece en la hoja de ruta de la construcción del Atlético del futuro es el de Barrios.
Obviamente, no existe la misma urgencia con la que se dio el golpe sobre la mesa en el último mercado, pero el plan trazado con el canterano pasa por vestirlo con unos galones que lo erijan en uno de los principales lugartenientes del argentino a lo largo de la próxima década.
Dicho de otro, entre las tareas prioritarias de la Dirección General de Fútbol que comanda Carlos Bucero para el nuevo año figura con letras mayúsculas la ampliación y mejora del contrato, así como su blindaje, que refrende estas intenciones de convertir a Barrios en uno de los mayores pilares sobre los que se edifique el Atlético del futuro.
En este sentido, pese a que en enero de 2023, apenas dos meses después de debutar a las órdenes de Simeone aún perteneciendo al Atlético B de Tevenet y tras pasar a ser jugador del primer equipo a todos los efectos, Barrios firmaría el actual contrato que le vincula hasta 2028. Sin embargo, su meteórico crecimiento y la importancia que no deja de adquirir cada día que pasa como el timón del equipo, también empujan a revisar sus condiciones para adecuarlas a su nuevo rol.
Eso sí, sin precipitaciones, pues aunque su fútbol (reconocido no sólo por su papel capital en los esquemas del Cholo sino también por su debut en la selección española que le posiciona de lleno entre los candidatos a disputar el próximo Mundial de la mano de Luis de la Fuente), podría ser objeto de deseo de los gigantes del continente (en especial de un Manchester City en crisis que acusa sobremanera la baja de Rodrigo), su cláusula de rescisión superior a los 100 millones y su intención de continuar ligado al Atlético permite afrontar la próxima negociación con tranquilidad por todas las partes.
Blindaje especial
Así las cosas, el día que Barrios y el Atlético se sienten formalmente sobre la mesa, no se esperan problemas para que se plasme sobre el papel. De hecho, la idea en los despachos del Metropolitano pasa por ofrecer al canterano un contrato que le situé a la cabeza de la plantilla en cuanto a duración (al menos hasta el 2030 en el que finaliza la vinculación de Julián Alvarez).
Del mismo modo, también está previsto tratar de establecer una cláusula de rescisión tan significativa que disipe por completo cualquier intento de los grandes de hacerse con sus servicios... y que no deje dudas de que se trata de uno de los estandartes del Atlético, tomando en su caso el legado de Koke.
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