Saúl Ñiguez ha sido una de las mayores irrupciones del Atlético en la última década. Tiró la puerta abajo, Simeone le hizo debutar antes de la mayoría de edad y sus golazos en duelos claves ante Bayern o Madrid, por citar solo dos, hicieron el resto. Su físico descomunal ayudó a que se asentara en el primer equipo y media Europa fuera a por él. De aquel boom llegó un contrato altísimo y de larga duración que al final acabó siendo el principio del fin.
Luego llegó la caída. Cuando debía estar en su momento álgido empezó a perder el sitio en la sala de máquinas. El intento por hacerle un hombre de banda fracasó mientras su carácter y un entorno ciertamente complicado no ayudaron antes de que empezara a ser un problema. Cesión al Chelsea donde no consiguió impulso y una cuesta abajo que terminó con una difícil salida al Sevilla el pasado verano.
Con un contrato altísimo, más de 7 millones netos, tuvo que ser Carlos Bucero el que forzará la situación para buscar acomodo al que fuera 8 rojiblanco. La negociación fue dura y finalmente se cerró un préstamo con opción a otro curso más cedido… pero con el Atlético asumiendo buena parte de su elevado salario. De ahí que en junio la pelota vuelva a estar en juego con un jugador al que una lesión cortó su progresión en el Sevilla.
Pero Saúl ya ha superado su lesión y vuelve a ser importante de nuevo en un Sevilla que visita el Metropolitano en tierra de nadie. Lejos queda el conjunto hispalense que competía de tú a tú con casi cualquier equipo, objetivo de un Saúl que sabe lo que son los grandes hitos e incluso disputar una final de la Champions siendo uno de los grandes referentes del equipo.
El recibimiento de su afición
Con todo lo que aportó Saúl en su carrera en el Atlético será una cita especial. Para el jugador formado en la Academia pero también para una afición que durante años le tuvo como referente. Cierto que su rendimiento fue cayendo y con él la confianza de un sector de esa hinchada que, a buen seguro, le recibirá como a uno de los suyos.
Y es que llega al coliseo rojiblanco el segundo canterano del Cholismo, el primero es el incombustible Koke, que más importancia y recorrido ha tenido en la última década. Sus 427 partidos lo dejan claro, así como los 48 goles que firmaba cuando era uno de los medios destinados a mandar en el fútbol europeo. Otros tiempos.
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