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Mikel Merino, la opción número uno del Atlético para reforzar el centro del campo (su llegada no estaría reñida con la posterior incorporación de un 5 para el que Ederson sigue siendo el gran deseado pero que a día de hoy se avista muy lejos por las altas exigencias de la Atalanta), tiene en vilo a todos los estamentos rojiblancos, desde la Dirección Deportiva a la propiedad pasando por Simeone.
Nadie, ni el Director de Fútbol, Carlos Bucero; ni el consejero delegado, Miguel Ángel Gil Marín; ni el presidente, Enrique Cerezo; ni el director deportivo, Andrea Berta; ni el propio Cholo, tienen dudas que el internacional español encajaría como un guante en el ambicioso proyecto que prepara la cúpula rojiblanca. De ahí que se mantengan en ascuas esperando la decisión de un futbolista que en el primer tanteo mostró su receptividad a jugar en el Metropolitano y la Champions la próxima temporada. De hecho, Merino ya conoce el proyecto y ya sabe desde hace semanas que sería una pieza muy importante en el equipo de Simeone, el único equipo junto a Real Madrid, Barçelona, Manchester City, Bayern Munich y PSG que ha logrado jugar las 12 últimas ediciones de la máxima competición continental.
Mikel Merino cuenta con una propuesta rojiblanca en firme desde hace unas semanas (en plena concentración para la Eurocopa), pero el paso del tiempo y la aparición de más competidores por hacerse con sus servicios ha instaurado la incertidumbre en el seno del Atlético. En este sentido, después de que el internacional español no moviera ficha para ampliar el contrato que le une a la Real Sociedad hasta 2025 y de que viera con buenos ojos la propuesta rojiblanca, en el Metropolitano existía optimismo en poder cerrar su traspaso (las buenas relaciones entre los clubes también ayudarían a que el centrocampista dejara dinero en las arcas donostiarras este verano antes de irse libre en el siguiente), pero el hecho de que se dilate su sí definitivo provoca cierta intranquilidad.
Por un lado, porque el Arsenal también ha puesto sus ojos en el flamante campeón de Europa. Por el otro, porque Jokin Aperribay ha mejorado su oferta de renovación en un último intento a la desesperada por retener a uno de los puntales de Imanol. De ahí que sea el propio Mikel Merino el que tenga la palabra, por más que sea el Atlético el que más insistencia y determinación muestre por su figura.
Un plan B en la recámara
Aunque continúe siendo el plan A, al Atlético no le ha quedado más remedio que idear un plan B para el caso de que Mikel Merino dé marcha atrás a su idea inicial de comprometerse con el club rojiblanco. Conor Gallagher, mediocentro del Chelsea, cuatro años más joven (cuenta con 24 primaveras, por las 28 del realista) y también con una temporada más de vinculación a su club, pasaría a ser la alternativa.
De hecho, Andrea Berta ya ha hecho las primeras consultas para conocer las condiciones en las que podría realizar la operación, encontrándose con una barrera de 50 millones como precio de salida marcado por el Chelsea. Unas cifras a las que no estaría dispuesto a llegar ni aún tras una indeseada negativa de Mikel Merino, el hombre por el que sigue centrando sus esfuerzos.
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