Juanele (Gijón, 1971). Para muchos, El Pichón de Roces. Delantero habilidoso y descarado, ídolo del sportinguismo. También jugó en un Tenerife que marcó época. Llegó a vestir la camiseta de la Selección y estuvo en el Mundial 94, pero sin minutos. Y pasó por el Real Zaragoza, equipo con el ganó dos Copas del Rey. Pero fue precisamente en Zaragoza donde comenzaron los problemas que, poco a poco, le apartaron del fútbol. Trastorno bipolar, depresión, medicación... Problemas personales y episodios violentos que le llevaron dos veces a la cárcel. "La primera vez fue por unos empujones que nos dimos un chaval y yo en un pub, no hubo pelea ni nada. La segunda, por malos tratos, pero yo no he pegado a una mujer en mi vida", explica. A comienzos de este año publicó Mi Verdad, una autobiografía en la que habla de su pasado futbolista y de todo lo que pasó después...
- Hace unos meses sufrió un ictus mientras cenaba en un restaurante en Gijón. ¿Cómo se encuentra?
- Bastante bien, estoy bastante animado. Hace cuatro meses que salí de la residencia y poco a poco, estoy mejorando. Y nada, a seguir con fuerza y con toda la ilusión para recuperarme.
- Este año publicó un libro, 'Mi Verdad'. ¿De Juanele se han dicho muchas mentiras?
- Bueno... algunas sí, pero eran bulos. Yo me quedo con los que siempre hablaron bien de mí, como persona y como futbolista.
- ¿Cuál le ha dolido más?
- Decían que salía por las noches antes de jugar los partidos. Me molestaba porque no era cierto. Yo era un buen profesional, y un buen profesional no hace esas cosas.
- Luis Enrique redactó el prólogo de su libro. Como gijonés y compañero en la Selección, ¿qué destaca de él como persona y entrenador?
- Jugó en los dos mejores equipos de España. Motiva mucho a sus compañeros y era bromista en el vestuario. Una persona 10 en todos los sentidos.
- Ha dicho que en la cárcel nunca se sintió solo. ¿Le visitó algún antiguo compañero"
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