
Ya sabemos lo que significa que a un tenista se le vaya la bola por un centímetro. Perder. Un punto, un juego, un torneo. Los nervios. Menos mal que para reciclar vidrio, lo tenemos más fácil, porque el agujero es bien grande. Lo que se va fuera no es por la presión del rival o la tensión, es porque no quieres. Sería, como dirían en la tele, un error no forzado.
El Mutua Open de Madrid es un excelente torneo deportivo y en una sola jornada puedes ver a los, y las, mejores tenistas. Pero, además de fijarte en Nadal, en Djokovic, en Muguruza, es bueno fijarse en unos minicontenedores para el vidrio que hay en la pista, que entre punto y punto suelen ser usados por los tenistas. Porque aunque se estén jugando la final de un Master 1.000, tienen clase de sobra para alguna dejadita hacerla en uno de esos miniglús.
Y es que a nadie se le escapa el interés que genera el tenis hoy en España. Un deporte donde la educación y el respeto mandan. Imaginad qué ocurría en otros, donde por mostrar tu enfado te descalifiquen, o donde se mande silencio al público, ¡y se calle toda la pista! En fin, que tiene algo especial, unos valores que Ecovidrio, la entidad sin ánimo de lucro responsable del reciclado de vidrio en España, comparte y apoya.
Ecovidrio, si fuese un tenista, sería de esos que sacan el golpe que nadie espera. Sin ir más lejos, consiguió que la imagen de Nadal reciclando vidrio durante un partido diese la vuelta al mundo. Además, son los que están detrás de otro icono, los contenedores con forma de pelotas de tenis que se colocan durante la celebración del torneo. No hay madrileño que no se haya parado a tocarlos, a hacerse una foto. Se han convertido en un clásico, en una manera divertida de fomentar el amor por el tenis y por cuidar el entorno.
Porque lo de pasarlo bien mientras se recicla es otra de las características del estilo Ecovidrio. Y cuantos más mejor, que se sume todo el mundo. En Valencia, durante su Open, abrieron un concurso para que los ciudadanos diseñasen el trofeo del ganador. Que además tenía otra peculiaridad, iba estar hecho con el vidrio que reciclaron los valencianos durante la competición. Fue la primera vez, en la historia del tenis, que los ciudadanos eran los creadores del trofeo.
Vamos, que en el ranking de torneos comprometidos con el entorno, Madrid y Valencia están en el top-10. Y como decía ese maestro del periodismo que fue Juan José Castillo, "¡entró, entró!" Aunque hoy no sabemos si se referiría a la pelota o al vidrio.
Temas Relacionados
