Renault 5 E-Tech: probamos el eléctrico más esperado del año

Es un coche tan esperado ahora como exitoso fue en el pasado. El Renault 5 revive en formato eléctrico con el bagaje numérico de más de nueve millones de unidades vendidas entre 1972 y 1996... pero, sobre todo, con el aura de un coche muy querido.

Como curiosidad, ambos (el R5 original y el E-Tech eléctrico ahora) llegan tiempos de grandes cambios. Entonces, por la crisis del petróleo; ahora, en un contexto de urgencia por la descarbonización y el cambio climático.

Por eso el Renault 5 E-Tech, un utilitario de 3,92 metros de largo y cinco puertas, solo existirá como 100% eléctrico, ocupando el hueco del Zoe. Lo mismo que va a ocurrir con el nuevo Renault 4, que la marca desvelará en el próximo Salón de París que se celebra a mediados de mes. Y es que se nota mucho la mano de Luca de Meo al frente de la compañía gala, donde está replicando las fórmulas que aplicó el Fiat (donde recuperó la marca Abarth) y en Seat (donde se inventó Cupra).

El nuevo R5, que se produce en el Norte de Francia, estrena la plataforma AmpR Small. Es una base dedicada a eléctricos pequeños y que comparte con el R4, con el Alpine A290 B y con el futuro Nissan Micra. Tiempo atrás, la compañía ya prometió versiones 'democráticas' desde los 25.000 euros.

De momento, versiones tope de gama

Pero al inicio de las ventas sólo estarán disponibles las tope de gama: motor de 150 CV y batería de 52 kW con una autonomía máxima de 412 km y 100 kW de potencia en las recargas, aparte de contar con funciones que permiten alimentar aparatos externos o intercambiar (cuando se pueda legalmente) electricidad con el hogar. Los precios de estas variantes, sin descontar las ayudas a la compra del plan Moves III, parten de los 31.584 euros.

A buen seguro, el coche tendrá clientes que llegarán hasta él por cuestiones nostálgicas o sentimentales. Su diseño, casi calcado al milímetro respecto al prototipo desvelado en 2021, no les defraudará: es rápidamente identificable, con rasgos que recuerdan al R5 Turbo y al Supercinco, aunque ahora con ruedas de, como mínimo 18 pulgadas. Y es que el equipo de diseñadores comandando por la española Paula Fabregat ha logrado integrarlas de forma óptima, sin que resulten exageradas.

La gama de colores -entre los que destacan un amarillo y un verde muy originales- es otro guiño al pasado en una carrocería que ite una buena dosis de personalización. Lo mismo que el interior, donde los acolchados de la parte del salpicadero frente al acompañante o la forma de los asientos de la versión que probamos también son herencia del pasado.

El conjunto de grandes pantallas digitales que conforman el universo multimedia Open R-Link con Google integrado y un asistente virtual llamado Reno es, en cambio, tecnología muy moderna. Tanto que, en este sentido, pone al nuevo R5 al mismo nivel que el Rafale, el tope de gama de la marca sa. Por cierto, funciona bastante bien.

Al volante

Pudimos probar el coche largamente en los alrededores de Niza, combinando todo tipo de vías a lo largo de más de 200 km y eso permitió sacar muchas conclusiones. La primera: lo mucho que llama la atención. La segunda: que no es solo un animal de ciudad por su tamaño y radio de giro, se comporta de cine también en carretera gracias a una masa muy contenida (1.449 kilos), el bajo centro de gravedad y una excelente puesta a punto de chasis, con suspensión trasera Multilink.

Incluso los frenos responden mejor que en la mayoría de los eléctricos y solo echamos en falta más dureza en la dirección. Al menos, en los modos Eco (que reduce claramente las prestaciones y no permite pasar de los 115 km/h) y Comfort, mientras que el Sport es el más recomendable para quienes gusten ir rápido.

Tras casi 250 km de ruta, el consumo que daba el ordenador de a bordo era de apenas 16,6 kWh, sin haber sido nada cuidadosos con el acelerador, ni siquiera en los tramos de autovía, los que más batería se 'comen'. Lo cual quiere decir que será fácil estar cerca de los 350 de autonomía con un uso convencional.

Algunas pegas

Aunque no todo es perfecto: el espacio en la parte trasera es muy, muy justo para tres adultos, con muy poco hueco para las piernas cuando delante va sentado alguien de una talla media. Tampoco hay apenas espacio para meter las piernas. Y el maletero, con 277 litros reales, no es para tirar cohetes. Dicho queda sin que tenga que ser una crítica: quien lo vaya a usar, ya sabe con qué limitaciones.

En estos momentos, el nuevo Renault 5 E-Tech se vende sólo con dos acabados, los intermedios. En 2025 llegarán otros tres más (entre ellos los dos básicos y el exclusivo Roland Garros) y también dos motores de 120 y 95 CV asociados a una batería de 40 kWh y 312 km de autonomía. La versión de a la gama, la que marca el precio mínimo, no tendrá carga rápida.