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Seguro que Robert Dickinson, componente del grupo Catherine Wheels y primo de Bruce Dickinson (miembro de Iron Maiden), no se esperaba la que iba a montar entre los aficionados de Porsche cuando en 2008 empezó a trabajar para resolver esta pregunta: "¿qué pasaría si reimagináramos el ADN del Porsche 911 original en el Siglo XXI?". En lo que estaba pensando Dickinson era en producir unos coches con todo el 'sabor analógico' del 911 clásico, pero con mayor eficacia en todos los sentidos y un rediseño de estilo aún más atemporal y elegante. Así que en 2009 creó Singer Vehicle Design. Y hoy día escuchar el nombre de Singer eleva las pulsaciones a cualquier porschista.
Pero, ¿sus coches son preparaciones? ¿Son modelos fabricados desde cero? ¿Se siguen llamando Porsche?... Empezando por esta última pregunta, ya no se llaman Porsche; en la documentación pasan a llamarse Singer Vehicle Design, aunque mantienen el escudo de Porsche en el capó. Y tampoco son modelos fabricados desde cero, si bien se tratan, como verás, de mucho más que simples preparaciones.
Un coche como donante
El cliente de un Singer 911 debe comenzar entregando un Porsche 911 de la serie 964 (los producidos entre 1989 y 1993), ya que se consideran la mejor base para un coche que conecte 1964 (el año en que apareció el primer Porsche 911) con lo que debe ser un súper deportivo del siglo XXI.
En Singer empiezan entonces a desmontarlo por completo. Tanto, que dejan desnuda la carrocería, sin aletas, puertas, capós delantero ni trasero, y la limpian, la ensanchan y la refuerzan para soportar la torsión que va a provocar un propulsor con muchos más caballos.
Infinidad de posibilidades
Nuevas puertas, paragolpes y es de carrocería de fibra de carbono se añaden para completar el exterior, y luego comienza un trabajo que va a hacer que cada Singer sea único en el mundo: motor, adaptación del chasis e interior, colores y otros muchos detalles se hacen de manera personalizada permitiendo miles de configuraciones (y no exageramos). Hay posibilidades de propulsión trasera o tracción total, cambios de cinco o seis velocidades, suspensiones y frenos de muchos tipos, motores más potentes, mucho más potentes o muchísimo más potentes... Así que encontrar dos modelos iguales sería como que alguien acertara dos semanas seguidas con los números de La Primitiva.
Del éxito que han tenido estos modelos bastan algunos botones como muestra: la web de la marca ya no permite la configuración, porque tienen una lista de espera que ya se extiende a más de dos años, y además ya tienen entregadas o comprometidas las 450 unidades previstas del modelo con la estética del modelo original (la 'pre 73', que en Singer llaman 'Classic'). Y decir que algo muy valorado se acaba es incrementar su atractivo y su precio.
Entre los 'elegidos'
Así que algunas casas de subastas están vendiendo unidades a precios desorbitados, como los 1,4 millones de euros por los que, según aseguran en RM Sotheby's, puede llegar a venderse esta unidad el próximo 22 de noviembre en Las Vegas. De hecho, este coche forma parte de un quinteto de automóviles de ensueño junto con el último Mercedes SL 'alas de gaviota' fabricado (se le calcula un precio de entre 2,34 y 3,28 millones de euros), un Porsche 918 Spyder (2,81-3,28 millones), un Porsche Carrera GT (2-2,34 millones) y un McLaren MP4-21 de 2006 pilotado por Lewis Hamilton, aunque solo en entrenamientos y no en carrera (2,62-3,28 millones). No está nada mal, teniendo en cuenta que el coche del que parte este Singer se puede encontrar en el mercado de segunda mano por unos 50.000 euros.
El modelo en cuestión salió de las instalaciones de Singer en Texas en diciembre de 2021, acabado en un verde Rainette con un interior que combinaba marrón, naranja y negro. Incluía cambio manual de seis velocidades, asientos bacquet con arandelas de níquel, suspensiones Ohlins regulables... En cuanto al motor, el 3.6 de 250 CV original se sustituyó por un 4.0 bóxer construido a mano con 390 CV, mucho más de los 360 CV que entregaba el Turbo 3.6 de la generación 964. Era el ejemplo de aquello a lo que aspiraba Dickinson al crear Singer: "La idea de esta máquina es llevarla al apogeo del desarrollo de la refrigeración por aire y presentar un 911 como el mundo nunca ha visto antes, algo que muestre lo espectacular que puede ser un 911 analógico, atmosférico y refrigerado por aire".
'Pequeños retoques'
Se sabe que su propietario lo compró por una cantidad cercana al millón de euros, pero también que tardó poco en venderlo y que su nuevo dueño pidió a Singer que se lo equiparan con frenos carbocerámicos y unas pegatinas en naranja para el exterior. Total, 40.000 dólares (37.500 euros) de factura.
Ahora el coche busca un nuevo dueño cuando no ha cubierto más que 3.384 km (2.103 millas). Y seguro que lo encontrará, porque Singer ha conseguido entrar en la lista de deseos de los coleccionistas (y porschistas) con una fuerza desproporcionada e imparable.
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