Mercedes-AMG PureSpeed: 250 millonarios ya pueden comprarlo

Lo vimos en el Gran Premio de Mónaco, con Lewis Hamilton posando junto a su morro frente a un fondo plagado de yates. Pero es ahora cuando Mercedes ha lanzado de manera oficial el AMG GT PureSpeed, mostrando más imágenes y revelando más datos. Y lo que han contado es suculento.

El Mercedes-AMG PureSpeed es el primer modelo de lo que en la marca de la estrella han llamado serie Mythos (mitos, en castellano). El enfoque de esta nueva serie es sencillo: consiste en lanzar series muy limitadas de coches inspirados en modelos legendarios, que después venden a los mejores clientes de la marca a precio disparado y que, con el tiempo, ganan cotización, contribuyendo al aura de exclusividad de la marca. Es en líneas generales lo mismo que hace Ferrari con su serie Icona (icono), de los que ya ha lanzado los Monza SP1 y SP2, y el Daytona SP3.

Halo, como los Fórmula 1

El AMG PureSpeed es una especie de AMG GT equipado con la mejor tecnología disponible en cuanto a motor y chasis, pero con la extraña apuesta de un techo que ha sido sustituido por un arco central longitudinal de acero que sirve de Halo, lo que elimina incluso la necesidad de que tenga parabrisas. Pero hay más protección para los ocupantes, ya que el coche cuenta con dos barras antivuelco rígidas ocultas bajo las butacas. Eso sí, parece que será muy recomendable conducirlo con casco.

No es casual que el coche se haya presentado en color rojo, ya que hace 100 años Mercedes ganó la Targa Florio con una unidad pintada en este color. Fue una argucia para acabar con una trampa: los aficionados que salían a las calles y carreteras de Italia a contemplar esta carrera de 1.000 km. a veces entorpecían a los coches que no eran italianos, que reconocían por su color rojo (Fiat y Alfa Romeo). Así que con un coche pintado de rojo en Mercedes no encontraron ningún obstáculo y Christian Werner pudo imponer el mejor rendimiento de su coche.

Por dentro se le ha dado un toque de exclusividad por medio de los materiales (fibra carbono empleada de forma generosa), un reloj IWC analógico personalizado para esta versión y una placa que indica que se trata de una unidad entre 250.

Aerodinámica activa

En cuanto a chasis, su bastidor no es de fibra de carbono, sino de aluminio, aunque de nuevo se recurre a la fibra de carbono para el faldón delantero o el alerón trasero. Este, por cierto, es activo, variando su inclinación en función de las condiciones de conducción en cinco grados desde que se superan los 80 km/h.

También es activo, aunque en esta ocasión esté oculto, un elemento aerodinámico que se ha ubicado en los bajos del coche, justo debajo del motor. Se trata de una plancha de fibra de carbono que puede bajar 40 mm cuando se circula por encima de 80 km/h y que crea el llamado 'efecto Venturi', haciendo que el eje delantero del coche quede mucho más pegado a la carretera y el coche gane en estabilidad.

585 CV y 315 km/h

El motor es un AMG V8 de 4,0 litros con 585 CV y 800 Nm que permite a este exclusivo deportivo alcanzar 315 km/h y pasar de 0 a 100 en 3,6 segundos. Son cifras de 'primer orden', aunque con ellas Mercedes no pretende competir en 'la liga' de los más salvajes súper deportivos, para la que reserva con éxito el Mercedes-AMG One.

El cambio es un AMG Speedshift MCT de nueve velocidades para el que se han anunciado unos tiempos de cambio fugaces, y la tracción es Performance 4Matic+, con una distribución variable del par entre los dos ejes. Para garantizar que el comportamiento sea todavía mejor, incluye un sistema de estabilización semiactiva gracias a unos elementos hidráulicos que reducen de manera instantánea el balanceo.

Pero ahí no acaba su lista de exquisiteces porque también incluye un eje trasero direccional, con ruedas que pueden girar en sentido contrario que las delanteras (hasta 100 km/h) o en sentido contrario (desde 100 km/h en adelante); y unos frenos carbocerámicos que en el eje delantero equipan pinzas de seis pistones.

Lo que no sabemos son los precios, que la marca no ha comunicado y que es posible que solo acaben conociendo los realmente interesados en adquirir una unidad. Pero serán muy, muy superiores a los 241.000 euros que cuesta un AMG GT 63 S E Performance