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Sustituye a los diésel

Al volante del Maserati Ghibli Hybrid: sentimientos encontrados

Al volante del Maserati Ghibli Hybrid: sentimientos encontrados
Actualizado

Abandera la nueva era de Maserati. El Ghibli Hybrid, con un motor de cuatro cilindros asociado a un sistema de hibridación ligera, pasa a ser la versión de entrada a la gama tras la desaparición de la variante diésel. Un primer paso hacia la electrificación que hemos tenido la ocasión de conocer en una jornada de pruebas en Madrid.

Pongámoslo en contexto. Hasta hace poco tiempo, el Grupo Fiat era de los pocos que seguían sin incorporarse al mundo de la movilidad eléctrica. Finalmente, todas sus marcas empiezan a incluir en la oferta modelos electrificados, incluyendo a Maserati que, por el momento, lo hace con la opción más sencilla que existe: la del híbrido "a secas", que no permite enchufar el coche a una toma de corriente para cargar la batería.

Esta solución, conocida como "mild hybrid" o hibridación ligera, supone una buena ayuda para contener los consumos, sobre todo en ciudad, aunque es simplemente un paso intermedio a la espera de otras tecnologías más avanzadas que son las que de verdad hacen reducir el gasto de combustible y la emisiones de CO2 para estar en línea con las exigencias que los principales gobiernos del mundo imponen para detener calentamiento global.

El nuevo Ghibli Hybrid recurre a un motor de origen Alfa Romeo, un dos litros de cuatro cilindros con turbo, afinado por la firma del Tridente y apoyado por una batería de 48 voltios, que desarrolla 330 caballos de potencia. No puede funcionar en un modo eléctrico puro, ni siquiera en la arrancada, pero gracias a la energía que aporta esa batería a través del sistema eBooster el turbocompresor recibe un empuje extra que mejora las prestaciones y hace que la respuesta sea contundente desde bajas revoluciones. También se ha trabajado para lograr un sonido que, aunque no es comparable al de un V6 o un V8, tiene un toque especial para que no añoremos tanto otras mecánicas.

La batería se recarga en las retenciones y en la frenada. Con ella se elimina el alternador y se pueden hacer funcionar todos los periféricos del coche que necesitan electricidad, sin que sea necesario tirar del motor de gasolina.

Para ser sinceros, se hace raro un Maserati que no tenga al menos un motor V6, si bien es cierto que los tiempos mandan y nos vamos a tener que ir acostumbrando a este tipo de paradojas en otros constructores de automóviles.

Aun así, hay que reconocer que el conjunto del propulsor dos litros y la caja de cambios automática ZF de ocho marchas no solo son eficientes y funcionan con mucha suavidad, sino que también responden de una forma satisfactoria cuando queremos exprimir al máximo sus capacidades. Y la ventaja es que las emisiones de CO2 se reducen un 25% respecto al propulsor V6 de potencia similar y son prácticamente iguales a las que tenía la versión diésel, que deja de fabricarse.

Tan elegante como deportivo

Desde el punto de vista dinámico, nada cambia. El Ghibli sigue siendo un auténtico Maserati, que conjuga a la perfección el confort de marcha con unas cualidades deportivas inusuales en un vehículos que mide cinco metros de longitud y pesa casi dos toneladas.

La dirección eléctrica tiene un tacto exquisito y el afinado chasis invita a entrar en las curvas con absoluta confianza. Hasta en las carreteras sinuosas y estrechas, el Ghibli se maneja con mucha soltura. Si, además, se añade la opción de los amortiguadores activos de dureza variable (Skyhood), el resultado es excelente y en ningún caso se compromete la comodidad de los pasajeros, pues ni con la opción Sport que endurece su tarado llegan a tener rebotes bruscos.

En el interior tampoco hay sorpresas: cuero de gran calidad, diseño "muy italiano", acabados lujosos y una indiscutible elegancia envuelven a los ocupantes en una atmósfera auténticamente señorial. Como es lógico, el espacio para cuatro ocupantes es amplio, pero quizá uno pueda sentir cierta sensación de ir muy encajonado para un coche de estas dimensiones, pues el espacio que queda para los poner los pies por debajo de los asientos delanteros es muy justo.

Nos ha gustado mucho el detalle de los pedales ajustables mediante un mando eléctrico, algo absolutamente infrecuente y que muy pocos automóviles tienen, a pesar de su utilidad. Eso, más todos los reglajes que permiten el volante y los asientos hace que cualquiera pueda encontrar su postura ideal para conducir.

Aparte de ser el primer Maserati híbrido, la otra gran novedad de este Ghibli está en el apartado de la conectividad, hasta ahora una asignatura pendiente en la marca. Por fin, se moderniza la oferta del sistema de información y entretenimiento, que dispone de una pantalla táctil de 8,4 pulgadas y la posibilidad de incorporar el Apple CarPlay y el Android Auto, dos funciones con las que replicar todo lo que tengamos en nuestros teléfonos móviles y que hoy tienen una demanda enorme por parte de los s.También se están ampliando constantemente los servicios de conectividad disponibles para usar en el coche o en otros dispositivos conectados a él.

Las entregas del Maserati Ghibli Hybrid, que se puede pedir con los acabados GranLusso o GranSport, empiezan a finales de este mes de noviembre. El precio en España, con impuestos incluidos, es de 86.300 euros... más una larga lista de extras para hacer el vehículo aún más exclusivo.

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