Empieza a cundir cierta afición entre los amantes de los vehículos clásicos por el primer Panda, bien sea con el logotipo de Seat o el de Fiat. De hecho, en Marca Coches hemos preguntado a varios diseñadores por el diseño de coche que más iran y en varias ocasiones nos han hablado del Panda, por su extrema sencillez y funcionalidad.
El alemán Horst Koch se adelantó sin embargo a esta tendencia y en los años 80 tuvo una idea que no sabemos si fue genial, pero al menos fue única: convertir un Panda (Fiat, porque allí no se vendía como Seat) en el coche de seis ruedas (sin contar con la de repuesto) más pequeño del mundo.
El gran dilema
A Koch le encantaban los coches, porque de hecho era distribuidor autorizado de Fiat, Lancia y Ferrari en la localidad germana de Heilbronn. Así que buscó un socio, al que convenció del potencial que tendría esta nueva versión del Panda. No sabemos cuál era la tirada prevista, pero en cualquier caso todo se vino al traste cuando este socio falleció de forma prematura antes de que el primer ejemplar fuera construido. ¿Debía tratar de seguir adelante? ¿Se vería forzado a abandonar?...
KK Automobile.
Ya te anticipamos que el plan se fue al traste, aunque Koch no desistió al principio. De hecho, construyó un único ejemplar en 1986 en sus talleres para el que creó una caja alargada, suficiente para dar cabida a dos ejes y a unas gruesas barras antivuelco.
Motor potenciado
El motor estaba potenciado hasta los 70 CV para compensar la subida de peso, acompañado además de un escape de acero inoxidable capaz de producir notas graves, y el interior abandonaba el toque espartano en favor de una elegante presencia de cuero cubriendo los deportivos asientos y el cuadro de relojes. Como guiño de lujo, incluso había prescindido del techo metálico para presentar otro de plexiglás desmontable, lo que lo convertía también a su coche en el primer Panda del mundo con techo de tipo Targa.
KK Automobile.
Todas las modificaciones fueron aprobadas por el TÜV alemán (sería como tener el aprobado de Industria en España), lo que significa que el coche era de forma oficial un KK Automobile y no un Fiat, y el modelo incluso se presentó en las siguientes ediciones de los salones de Frankfurt y Ginebra.
Solo tracción delantera
Sin embargo, ante la pregunta general sobre si el coche tenía tracción a las seis ruedas la respuesta era siempre negativa. Aquel Panda tenía solo tracción delantera porque, como dice hoy día Linda, la hija de Horst Koch, "el esfuerzo técnico para hacer un seis ruedas motrices habría sido enorme y habrían superado el presupuesto". Porque en realidad el objetivo de Koch no era fabricar un todoterreno, sino en un vehículo que pudiera servir como soporte publicitario, para lo que su gran plataforma ofrecía muchas posibilidades.
KK Automobile.
Ya hemos comentado que el proyecto se fue al traste. Pero ante la 'pandamanía' que empieza a cundir en Europa sus propietarios han decidido venderlo para tener más espacio libre y hacer caja. Pero no es barato, porque quien se lo quiera llevar les tendrá que abonar 78.000 euros.
