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Desde su renacimiento Dacia ha sido un fabricante funcional, práctico y sobre todo accesible. Cualidades a las que se han ido sumando otras como la tecnología, la seguridad y la electrificación. Una variable, esta última, que quizá tardó en llegar pero que cuando lo hizo tenía el ADN propio de Dacia, es decir, la de ser asequible. Porque mientras que otros han empezado la casa por el tejado, en la marca franco-rumana quisieron establecer unos cimientos sólidos que permitieran a todos poder optar por un coche eléctrico, sobre todo en un momento en el que la electrificación comenzaba a despegar. Así es como hace cuatro años, justo en post-pandemia, lanzó al mercado el Dacia Spring que, de primeras, se convirtió en uno de los turismos eléctricos más económicos del mercado.
Condición que ha seguido manteniendo en las dos renovaciones que le han tocado, una asociada al cambio de imagen de la marca y la otra con la llegada de la versión Extreme de 65 CV cargada de más equipamiento y seguridad. En total, en estos casi cuatro años se han vendido cerca de 150.000 unidades en toda Europa, 5.000 de las cuales han ido a parar a nuestro mercado, posicionándole como el tercer modelo eléctrico más vendido de todo el Viejo Continente en 2023 (año en el que además consiguió sus registros record, con 61.803 unidades).
Cambia casi todo... menos el precio
Ahora, con un mercado eléctrico completamente estancado a nivel europeo y con la incertidumbre de saber qué pasará en 2025 con la llegada de la normativa CAFE de emisiones, el Spring se renueva por completo no solo para conseguir aumentar esas matriculaciones y ayudar a la marca a cumplir los objetivos de CO2, sino para acercar esa movilidad eléctrica a aquellos que todavía dudan. Y lo hace, de nuevo, tirando de precio ya que la gama arranca en unos más que atractivos 17.890 euros con descuentos que se pueden quedar en 10.890 euros si aplicamos las todavía vigentes ayudas gubernamentales e incluso en 9.256 euros si el cliente se deduce el IRPF. Tarifas que se mantienen por debajo de los 20.000 euros, concretamente en los 19.890 euros, de la versión más potente y equipada (que puede ser mejorada con opciones, eso sí), quedándose en 12.890 euros con el Plan Moves III.
Precios de auténtico derribo en los que las subvenciones son parte importante del mismo y en donde los aranceles parece que todavía no han hecho acto de aparición ni lo harán a corto plazo, pues el Spring cuenta con un 20,7% de tasa al ser fabricado en China. Por último y para los clientes que prefieran la multiopción, Dacia propone una cuota mensual de 55 euros (con una entrada de 6.914 euros) y adelantando durante los primeros 18 meses la ayuda gubernamental. Con todos estos argumentos, es lógico que la firma rumana prevea que para el 2025 las ventas de este coche se incrementen en todos los mercados... pero no son los únicos.
Diseño más maduro
Si nos ceñimos a su apariencia, el renovado Spring madura considerablemente siguiendo la misma filosofía del nuevo Duster. Mantiene sus contenidas dimensiones, con una longitud de 3,70 metros, presentadas ahora en una estética más atractiva, con paragolpes más agresivos, pasos de rueda más marcados, una calandra ancha con la nueva luz diurna LED, una moldura trasera en negro que conecta los pilotos posteriores, nuevos juegos de llantas de acero hasta de 15 pulgadas o colores de carrocería inéditos.
En este sentido, los dos acabados disponibles, Expression y Extreme, están claramente diferenciados por diversos detalles como las propias llantas, la moldura en negro del pilar C con el nombre del modelo y, sobre todo, el vinilo decorativo incrustado en ambos paragolpes similar a un plano cartográfico de la ciudad. Por cierto, Dacia ha querido mantener ese aire de simpleza y muchas de las nuevas piezas han sido desarrolladas para ser fácilmente sustituibles (sobre todo pensando en el carsharing) repercutiendo con un bajo coste al . Lo único quizá que menos nos agrada es que el punto de carga se sitúe justo en la mitad de la calandra, pues aunque la marca asegure que es más práctico, nosotros no lo acabamos de ver.
Paso al frente
En el interior, lo más representativo es el salto de calidad dado, pese a seguir abusando de los plásticos duros. Una mejora que viene determinada por la digitalización del puesto de conducción, pues de fábrica sale ahora con un cuadro de instrumentos de 7 pulgadas, repleto de información y con menús sencillos de manejar, al que se suma un monitor central de 10 pulgadas que, eso sí, solo es de serie en el nivel Extreme, formando parte de Pack Techno en el Expression con un coste de 800 euros. Es un desembolso a realizar, pues no solo incluye la navegación conectada (durante 8 años) sino que tiene sincronización móvil inalámbrica con Apple CarPlay y Android Auto y propone un manejo muy fluido.
Se han rediseñado las salidas de aire, el selector de la caja de cambios y la bandeja situada en el salpicadero, más acordes con el resto de la familia Dacia. Igualmente se estrena el Dacia YouClip, es decir, un pequeño cubículo que pueden encajarse en diferentes enganches y que sirve tanto de posavasos como de lámpara y gancho. Sin embargo, al no haber variado sus dimensiones, el Spring sigue siendo un coche contenido en espacio, tanto delante como detrás.
Destaca la proximidad de los ocupantes delanteros que casi pueden llegar a tocarse con los codos si ambos son muy voluminosos, mientras que en la zona trasera, homologada para cuatro, es apta para adultos que no midan más de 1,80 metros pues empezarán ya a tocar con las rodillas el respaldo delantero y con el techo en la cabeza. Lo bueno, que un poco más atrás, el maletero cubica 308 litros que es una capacidad más propia de modelos de más de 4 metros que de menos, con unas formas regulares y bandeja (algo que otros rivales no pueden decir). A todo ello y de manera opcional, se pude sumar un maletero delantero (el denominado frunk) que cubica 35 litros y que es perfecto para los cables de carga.
Cumple lo que promete
En el apartado mecánico, Dacia ha decidido dejar las cosas como estaban dado el éxito cosechado. De esta forma se mantienen los dos niveles de potencia, con 45 y 65 CV que son perfectas para el uso urbano cotidiano, ampliando miras en el caso del más potente por el extra de rendimiento. Eso sí, todos tienen la velocidad máxima limitada 125 km/h y la batería de la que se nutren, con una química LFP, es de 26,8 kWh de capacidad. De esta forma, el dato de autonomía es semejante en todos, con 225 kilómetros de rango, más que suficiente para que el esté sin cargar el coche durante toda la semana, pues según los análisis de la marca, los clientes del Spring no hacen más de 37 km diarios de media divididos en cuatro trayectos.
De hecho, este es el motivo principal por el que la marca oferta como opción el cargador embarcado de corriente continua, que tiene un coste de 600 euros, pues la mayoría de los propietarios lo carga en casa y, además, en una toma convencional de 230 voltios. Sin embargo, lo que no parece lógico entonces es que el cable de Modo 2, es decir, el doméstico, también sea opcional y cuesta 300 euros. Dicho esto y volviendo a las potencias de carga, en alterna es capaz de cargar hasta 6,6 kW, mientras que en continua hace lo propio en 30 kW, estando solo disponible eso sí en los Spring de 65 CV.
Los tiempos de carga variarán de las 13,5 horas en una toma hogareña de 2,3 kW a 56 minutos en una rápida para obtener el 80%. Sin salir de la carga, como novedad el Spring incluye ahora la función de carga bidireccional V2L con la que es capaz de suministrar energía a otros aparatos electrónicos externos, aumentando igualmente sus posibilidades de uso.
Conducimos el Dacia Spring Extreme 65 CV
En marcha tampoco hay excesivas variaciones en el comportamiento aunque sí ha realizado mejoras en la puesta a punto tanto de la dirección, aumentando la precisión y la capacidad de retorno, como de los neumáticos, con un mayor agarre. Del mismo modo ha incluido el modo B para aumentar la regeneración en la frenada, especialmente útil en entorno urbano aunque sin llegar a detener al coche por completo, e incluido un mayor número de asistentes a la conducción.
Con todo, circular con el Spring es una auténtica delicia sobre todo si la mayor parte del tiempo lo haces por ciudad. Es un coche muy maniobrable ya que tiene un radio de giro de solo 4,8 metros, mientras que los 65 CV del motor responden a las mil maravillas y mueven con soltura un conjunto que, por cierto, ronda los 1.000 kg de peso, un dato casi quimérico para un eléctrico. Todo ello lo complementa con un consumo de electricidad muy exiguo que está homologado en 14,1 kWh/100 km en el de 45 CV y de 13,2 kWh/100 km en el de 65 CV y que es muy sencillo de conseguir incluso sin activar el modo Eco, programa que además reduce el rendimiento. Porque circulando a velocidades altas, alternando incluso autovía, el gasto medido durante la toma de o fue de solo 16,1 kWh/100 km, que es un magnífico dato y que nos permite cubrir más de 200 km con relativa facilidad.