- Novedad. Cupra Born VZ: un 40% más de potencia para el compacto eléctrico español
- Cupra. Los Cupra Formentor y León estrenan nueva 'cara' con 'nariz de tiburón'
Seis años después de su creación Cupra es una de las marcas de moda, uno de esos ejemplos de éxito inesperado que se estudian en las escuelas de negocios. Cuando arrancó, la enseña deportiva de Seat lo hizo poniendo en el mercado una versión especialmente tuneada del Ateca, con 300 caballos, un chasis adaptado a su alta potencia y una apariencia claramente más deportiva.
El éxito fue rotundo porque mercados tan potentes como Inglaterra o Alemania lo aceptaron con gusto pese a ser notablemente más caro (y, por tanto, más rentable) que sus hermanos de Seat. Ese fue el germen de lo que ahora es Cupra, ya con un modelo exclusivo (el Formentor), un eléctrico (el Born) y otras dos incorporaciones que llegarán este año (el Tavascan y el Terramar).
La fuerza del Formentor ha relegado un poco a segundo plano al Cupra León (que, por cierto, se acaba de renovar) y al Ateca... pero sólo en los focos. Porque con el León se abre un más asequible a la marca española y el Ateca ofrece un puntito de versatilidad sobre el Formentor que lo hace más compatible con la familia.
¿Cómo de deportivo es?
Hemos tenido la ocasión de convivir una semana con el Cupra Ateca de 190 caballos, una versión nueva en este año 2024 y que tiene una ventaja inicial indiscutible: es uno de los pocos SUV deportivos de gasolina generalistas disponibles en el mercado que, además de cierto toque deportivo, ofrezcan un buen espacio para cinco ocupantes y con un maletero (485 litros) que no sea una preocupación cuando viajemos.
Pero... ¿cuánto de deportivo es? Porque claro... no va a dejar de ser una opción de compra predominantemente familiar (del campo nos olvidamos, por supuesto). Se da por descontado que el conductor lo va a disfrutar (aunque, ojo, no deja de ser un SUV y no le podemos pedir las sensaciones de un León), pero lo importante realmente es que los pasajeros no van a 'levantarse en armas' por la dureza de su suspensión.
La puesta a punto permite reducir las inercias en curva y mejorar la precisión de la dirección para que el conductor (que normalmente debería ser el responsable de su compra) sacie su apetito de dinamismo. Pero, salvo que nos movamos por carreteras que no hayan conocido la operación asfalto en años, las alarmas entre el pasaje no deberían saltar, aunque es lógico con el puntito de dureza extra y las llantas de 19 pulgadas que calza de serie (con neumáticos con un perfil no muy alto) el confort se vuelva más sensible al estado del firme.
El motor quizá es lo menos deportivo de todo el coche (para eso está el VZ de 300 CV, heredero del espíritu del Cupra Ateca primigenio). El 2.0 turbo de cuatro cilindros en esta variante de 190 CV es más equilibrado que explosivo. Pero empuja bien desde abajo, de forma bastante homogénea y con cierta contundencia. Se siente siempre bastante lleno, pero no es una 'bomba'. Claro que esto, si lo pensamos bien, encaja a la perfección con la filosofía de polivalencia de este Cupra.
Donde también ayuda la tracción total 4Drive (siempre un aliado a la hora de facilitar la conducción) que es de serie en el Cupra Ateca. No sucede lo mismo con el chasis adaptativo DCC, que es opcional (790 euros) y lo llevaba instalado nuestra unidad de pruebas. Con él podemos variar la dureza de los amortiguadores en función de seis programas (Comfort, Sport, Cupra, Individual, Off Road y Nieve) y 'personalizar' así el carácter del coche.
El cambio DSG con levas en el volante nos permitirá disfrutar de la conducción deportiva en carretera de montaña por su buena velocidad en el paso de marchas. Aunque es mejor el confort que nos aporta en ciudad. Eso sí... no podemos esperar consumos de mechero, sobre todo si 'le apretamos las clavijas'. Pero en una conducción normal tirando a cuidadosa nos podemos mover tranquilamente en los ocho litros y medio... y en cuanto frecuentemos la ciudad nos vamos por encima de 9.
El toque Cupra en el exterior lo vemos en los paragolpes delantero y trasero deportivos o las llantas de 19" con detalles en cobre. Dentro hay menos detallismo propio: apenas el logo de la marca o los asientos deportivos tipo bucket con tapicería parcial en microfibra. Lo que empieza a dar un regusto a anticuado es la pantalla integrada (que, además, es pequeña para lo que ya se estila)... porque nos estamos empezando a acostumbrar a las flotantes, como la del nuevo Formentor.
No es barato, pero resiste la comparación
Cupra no es precisamente una marca barata y este Ateca no va a ser una excepción. Sus 45.190 euros suponen, como referencia, unos 5.000 euros más que su hermano de Seat con 150 caballos y está muy en la línea del Formentor con ese mismo propulsor. Si salimos de la órbita Seat y miramos a otras opciones, aquí el Ateca sí tiene ventaja porque, por ejemplo, un Alfa Romeo Tonale, por mor de la hibridación, se va por encima de los 50.000... con menos caballos (160), y lo mismo sucede con sus posibles rivales de Audi o BMW.
En cuanto a equipamiento, destacan el volante con calefacción, los faros Full LED, el navegador con radio digital, los sensores de parking delanteros y traseros o el climatizador trizona (además de los ADAS que ya van a ser comunes en todos los coches nuevos). Quizá le podríamos pedir que incorporara de serie el chasis adaptativo DCC, aunque esa 'golosina' se la reservan para el Ateca VZ.
El principal problema es que esta versión de 190 CV se queda a medio camino del auténtico carácter de Cupra, que lo tiene el VZ con sus 300 caballos... y sus ya más de 50.000 euros. Y quizá, ya puestos...
Comentarios