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Si decimos que el coche que acabamos de probar es un deportivo familiar, con 350 caballos de potencia, 520 litros de maletero y etiqueta ECO, seguramente nadie le pondría ninguna pega. Pero si añadimos que es diésel... la cosa puede cambiar para los que se dejan llevar por lo políticamente correcto.
Ese, y quizá el precio (roza los 100.000 euros), es el único obstáculo con el que tendrá que lidiar el Audi S6 Avant TDI para convencer a quienes todavía ven lejano lo del coche eléctrico. Y, cuando lo prueben, quizá lo vean aún más distante.
Para empezar hablamos de un coche que lo tiene casi todo: es atractivo visualmente, tiene una dinámica bastante competente para lo pesado que es (en esto es en lo que más se parece a un eléctrico), ofrece buena habitabilidad (más por el maletero que por las plazas traseras, donde mejor olvidarse de llevar a tres pasajeros) y es muy polivalente, porque nos permite darnos un 'homenaje' cuando exploramos sus capacidades atléticas pero es el coche perfecto para el día a día (la pegatina ECO ayuda también) o para tener contentos a todos: al que conduce... y a la familia.
Un motor sedoso
El propulsor que impulsa a este S6 es un refinado seis cilindros turbo de 3.0 litros, que proporciona 344 caballos de potencia. Suficientes para mover con bastante alegría a una locomotora de más de dos toneladas y para firmar alguna cifra de prestaciones destacable, como los cinco segundos para el 0-100, pero en la cantidad justa para hacerlo un coche asequible a cualquier conductor (algo a lo que también ayuda la sempiterna tracción quattro de los Audi deportivos).
El motor térmico tiene un pequeño aliado: un sistema eléctrico de apoyo que le permite ofrecer 11 caballos extra para complementar al V6 especialmente en los arranques a bajas vueltas. Además, y esto es más notable en conducción urbana que en carretera, permite desconectar el propulsor en algunos momentos en los que las circunstancias de la conducción así lo permiten (que tampoco son tantas por lo que hemos podido ver) para afinar el consumo.
Esta, la del gasto de carburante, es sin duda una de sus grandes virtudes. Su depósito de 73 litros ofrece casi 1.000 kilómetros de autonomía... algo de lo que damos fe ya que ha sido uno de los poquísimos coches con los que hemos podido viajar desde Madrid a las playas alicantinas y volver... sin repostar. Los consumos promedio en autopista a velocidades legales se pueden limitar a poco más de siete litros de media... algo que quizá no le importe mucho a su adinerado conductor, salvo porque no tendrá que pasar por la gasolinera con demasiada frecuencia.
Pero no es la única. Porque su rodar es absolutamente delicioso. Apenas suena y tampoco vibra salvo en situaciones muy concretas (en frío y en aceleraciones fuertes). El confort acústico es digno de un gasolina, con la ventaja adicional de que empuja con contundencia desde muy abajo.
Conducción asequible
Dinámicamente es un coche bastante bien conseguido, porque aunque ofrece un puntito deportivo extra respecto a los A6 diésel, no se resiente demasiado al confort de marcha a cambio. La suspensión es bastante firme, pero salvo circunstancias muy concretas -como los badenes o los 'bocados' de un firme en mal estado- no resultará incómoda para nuestros acompañantes, que no se van a divertir como nosotros al volante.
Lo que menos nos ha gustado es que, como su ADN deportivo nos incita a exprimir sus cualidades dinámicas, cuando lo hacemos también sale a relucir su alto peso, algo que condiciona un poco su balance final. Sobre todo en los apoyos fuertes, donde la física le complica la vida a las suspensiones, que sufren para contener el balanceo. Como suele ser habitual en Audi, el tacto de la dirección es muy bueno y la frenada con el equipo cerámico que montaba nuestra unidad de pruebas, (ojo, de más de 10.000 euros de sobreprecio) era sobresaliente.
Podemos jugar, como ya es habitual en prácticamente todos los coches desde los segmentos medios en adelante, con diferentes programas de conducción. En el caso del S6 Avant TDI son los Efficiency, Confort, Auto, Dynamic e Individual. Donde más se aprecia el cambio entre los extremos es en la respuesta del gas y las leyes de funcionamiento de la caja automática Tiptronic de ocho marchas (no tan efectiva como las DSG, pero que cumple de sobra).
La presentación interior, como siempre en Audi, es sobresaliente. El cockpit digital y las dos pantallas centrales le dan un toque muy moderno (aunque a nosotros la de abajo, que controla básicamente la climatización. siempre nos han parecido que quizá es sumar más distracciones) y los asientos deportivos de serie con la S grabada en el respaldo, además de buena imagen también nos hacen aguantar bien el paso de los kilómetros en viajes largos.
Precio: casi 100.000 euros
No todo iba a ser bueno. El S6 Avant TDI se va a casi 100.000 euros en su configuración más básica (95.880 euros). Para los que no hemos asimilado aún los nuevos precios 'inflacionados' de los coches, esos 100.000 euros marcaban la barrera en la que lo único isible era un deportivo de los de pura raza... Algo que no es este coche, aunque pueda tener algunas virtudes similares y ofrecer otras cosas también interesantes.
Evidentemente, las cosas han cambiado (como ya no hay coches que comprar por menos de 20.000 euros), así que mejor no remontarse al pasado y pensar mejor en que este S6 Avant TDI es un coche casi único (hay opciones diésel en BMW -que tendrá un Serie 5 diésel de seis cilindros con la nueva generación- y Mercedes con similar potencia, pero menos ADN deportivo)
El S6 viene de serie con cuadro de relojes digital e interior con doble pantalla central táctil con navegador, los sistemas de asistencia básicos (porque hay que pagar, y bastante, por los más sofisticados), llantas de 20", faros matrix led, asientos deportivos de microfibra y cuero con reglaje eléctrico,
A base de cartera también se puede mejorar, aún más, el dinamismo del S6 Avant, Por ejemplo, con la suspensión neumática, el diferencial deportivo o la dirección trasera, o también con los poderosísimos frenos cerámicos (que cuestan más de 10.000 euros y son también carísimos de mantener).
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