Artem Shcherbyna, ciclista amateur ucraniano muy activo en redes, pudo perseguir al astro neerlandés durante su reconocimiento del trazado y, como muestra su vídeo 'on board', la bicicleta va dando saltos por el tramo mítico de la carrera que se celebra este domingo: la París-Roubaix.
Van der Poel busca el doblete en el Infierno del Norte
La París-Roubaix no es una carrera, es una sentencia. Cada piedra de sus kilómetros de adoquines juzga sin piedad. No entiende de favoritismos ni de nombres ilustres. Pero si hay alguien que parece haber nacido para domarla, ese es Mathieu van der Poel. El neerlandés aterriza en el Infierno del Norte como el gran favorito.
Este año no le faltarán rivales: Van Aert, Pedersen, Ganna, Philipsen o un Pogacar que se ha sumado a la fista a última hora, tratarán de impedir que el rey del barro repita corona. Pero nadie como él se desenvuelve con tanta soltura entre el caos, las piedras, el polvo o el barro.
La París-Roubaix es un lugar para valientes, para quienes no temen a la derrota porque saben que la gloria siempre vale más. Y Van der Poel, en este estado de forma, parece estar escribiendo su propia leyenda piedra a piedra.
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