Los cuartos de final del Mundial de balonmano regalaron al aficionado a este deporte tres eliminatorias de tremenda igualdad y emoción. Salvo la victoria holgada de la Dinamarca, la gran favorita para revalidar título por cuarta vez consecutiva, ante la sorprendente Brasil, los otros tres duelos de esta ronda se resolvieron de manera agónica en los últimos instantes del tiempo reglamentario o en la prórroga, como ocurrió en el último disputado este miércoles.
El espectáculo empezó el martes con la primera eliminatoria de cuartos entre Croacia y Hungría. Una de las tres anfitrionas afrontaba su duelo con el apoyo de unos 15.000 seguidores. Pero ni el tremendo ambiente adverso condicionó al combinado magiar. Así lo demostró con una gran actuación coral que le situó con una ventaja de cuatro goles en la recta final. Pero, inexplicablemente, cuando el equipo dirigido por el español Chema Rodríguez tenía la victoria en el bolsillo, dio alas a un rival casi 'KO' con una sucesión de errores en ataque.
Y cuando le otorgas una vida extra a un equipo como el croata, ante su afición, puede ocurrir cualquier cosa. Con balón para ganar en manos del húngaro Bodo, pero con dos pases de margen ante la amenaza de pasivo, tuvo que lanzar de manera forzada. Es esférico impactó en los brazos de la defensa croata, cuyo rechace atrapó su compañero Boka, comentiendo falta en ataque a falta de ocho segundos. Entonces, el balcánico Srna corrió el contraataque, dando una asistencia que materializaría el pivote Sipic a dos segundos para la conclusión para dar lugar a locura entre los jugadores y aficionados locales.
No menos apasionante fue el siguiente encuentro de cuartos entre Francia y la Egipto del español Juan Carlos Pastor. Un encuentro que se preveía muy parejo entre dos candidatas al podio. Y así lo demostraron ambas selecciones, el combinado galo erigiéndose superior en la primera mitad y el africano en la segunda, para llegar a los últimos cinco segundos empatados tras un gol del egipcio Yahia Omar.
Cuando parecía que no había tiempo para otro ataque, el galo Luka Karabatic lanzó desde el centro del campo, un balón que terminó en las redes de la portería rival, descubierta al no poder llegar a tiempo tras el cambio ataque-defensa el meta africano Handawy. Una acción que tuvo que ser revisada por los colegiados para certificar que la redonda había traspasado la línea de gol a falta de tres décimas. Una decisión que provocó el jolgorio de lo jugadores y seguidores ses y la tremenda decepción entre los egipcios.
Portugal hace historia tras una prórroga
Como no hay dos sin tres, lo mejor aún estaba por llegar este miércoles en la última eliminatoria de cuartos. Otro de los enfrentamientos que se presentaban más parejos con Alemania y Portugal, otra de las gratas sorpresas, como protagonistas. A pesar de ser una novata en estos lares en un Mundial, el combinado luso llevó la iniciativa en el marcador, siendo superior a un adversario acostumbrado a estas situaciones. Pero el conjunto germano, gracias a un descomunal 'Andy' Wolff en portería y su mayor talento, Juri Knorr, dieron la vuelta al marcador para ponerse por delante por primera vez en el choque en el minuto 46.
En vez de venirse abajo, la selección portuguesa se recompuso con Capdeville bajo palos y los hermanos Costa e Iturriza como líderes, igualando de nuevo el resultado. El último ataque fue desaprovechado por Alemania, incapaz de lanzar antes del final del tiempo reglamentario. La prórroga fue otro toma y daca entre ambos contrincantes hasta los últimos instantes. Entonces, Martim, el hermano mayor de los Costa, que estaba siendo determinante en el tiempo extra, tomó de nuevo la responsabilidad, soltando un lanzamiento sorpresivo que terminó en la portería germana a falta de cuatro segundos. Algo histórico para Portugal al meterse por primera vez en su historia en unas semifinales de un campeonato para luchar por su primera medalla internacional.
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