Diego Pablo Simeone está atravesando por uno de los momentos más complicados desde que dirige al Atlético de Madrid. La reciente eliminación en la UEFA Champions League frente al Real Madrid, una competición en la que los colchoneros tenían muchas esperanzas esta temporada, y la derrota en Liga contra el FC Barcelona en la pasada jornada 28 y el empate ante el Espanyol en la última jornada disputada, han generado un ambiente de incertidumbre en el club. Pese a que el Cholo goza de la total confianza de la zona noble del Metropolitano, los aficionados esperan que el equipo dirigido por el argentino de un paso y consiga el pase a la final de la Copa del Rey.
Para ello eso sí, el equipo tendrá que dar un paso adelante y mostrar un fútbol muy diferente al exhibido ante el Espanyol, teniendo en cuenta el rival que va a estar en frente, el FC Barcelona. Según las apuestas de Betfair, la probabilidad implícita de que el Atlético de Madrid consiga la victoria en su encuentro ante los culés es del 38,46%.
Duros golpes esta temporada
El Atlético de Madrid había depositado muchas esperanzas en la Champions League este año, y soñaban con levantar su primer título en esta competición. Sin embargo, la eliminación frente al Real Madrid, que se decidió en la tanda de penaltis, cayó como una losa sobre los rojiblancos. El equipo quedó fuera de la máxima competición europea y, sin tiempo para asimilarlo, recibió otro revés en el Metropolitano. Esta vez en la pelea por la Liga ante el FC Barcelona (2-4), que se llevó los tres puntos tras darle la vuelta a un marcador controlado por los colchoneros con un solvente dos a cero. Al final, este 2-4 que reflejó el electrónico al término del partido, dejó tocado al grupo y encendió todas las alarmas. En el vestuario, la sensación de frustración se palpaba y la afición, fiel en los momentos más difíciles se resignó ante el vendaval azulgrana.
Sin embargo, Simeone, que ha vivido otras crisis deportivas, sabe que la reacción debe ser inmediata y que no hay tiempo para los lamentos cuando la Copa del Rey se plantea como la última bala en la recámara para los rojiblancos.
Todas las esperanzas puestas en la Copa del Rey
Tras el primer partido de la semifinal contra el FC Barcelona la eliminatoria está totalmente abierta. El cuatro a cuatro del partido de ida fue una muestra de lo impredecible que puede ser un duelo entre catalanes y madrileños ya que ninguno de los dos equipos logró imponer su estilo por completo y las debilidades defensivas quedaron expuestas en ambos bandos. Ahora, en el partido de vuelta, el Metropolitano será testigo de un enfrentamiento decisivo.
Para el Atlético de Madrid la clave pasa por recuperar la solidez defensiva, esa que durante años ha sido seña de identidad de los colchoneros, sin perder capacidad ofensiva. Con jugadores como Julián Álvarez, Giuliano Simeone y Alexander Sorloth, el equipo ha demostrado que puede generar peligro, pero necesita mayor contundencia en los metros finales. Por su parte, el FC Barcelona, con confianza tras su última visita al Metropolitano, buscará aprovechar cualquier duda del rival para perforar su meta y arrebatar el sueño copero al Atlético de Madrid.
Un partido definitivo
Los rojiblancos necesitan algo más que un buen planteamiento táctico para vencer a un FC Barcelona que, ahora mismo, parece imparable gracias al gran nivel que están ofreciendo jugadores como Raphinha o Robert Lewandowski, dos futbolistas que están en modo killer. El factor emocional jugará un papel clave en el partido de vuelta ya que la afición rojiblanca alentará al equipo desde el primer minuto hasta el último. Aunque hay mucha presión sobre los hombros de los futbolistas rojiblancos, es mayor la motivación de los jugadores como Oblak, Griezmann, y Rodrigo De Paul, quienes saben que esta es una oportunidad de demostrar que el equipo sigue siendo competitivo en los momentos decisivos y que quieren levantar la Copa del Rey en el estadio de La Cartuja de Sevilla. Por su parte, el Cholo Simeone, desde la banda, tratará de que tanto sus futbolistas confíen en el plan y de hacer calar nuevamente un discurso que no ha abandonado en todos sus años al frente del buque rojiblanco donde priman el esfuerzo y la lucha constante.
Por eso, el partido ante el FC Barcelona no solo define un pase a la final, sino que es también una prueba de fuego para un equipo que esta temporada ha sufrido duros golpes y que quiere recomponerse lo antes posible.
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