Baraja, Manolo González, Borja Jiménez... un cierre de año de banquillos calientes
La crisis que bordea a varios entrenadores de Primera podría acabar con un cierre de año plagado de posibles destituciones o recambios en los banquillos
El fin de año es siempre época de villancicos y, en el fútbol, de potenciales despidos. El típico tópico de ver cómo ciertos entrenadores no llegan a comerse el turrón. Una situación que en este curso deja en el aire un buen puñado de proyectos justo a las puertas de que cambie la hoja del calendario y se pase a 2025. Año nuevo, entrenador nuevo. Una teoría que podría repetirse en un buen puñado de técnicos. Hasta tres tienen ya la lupa sobre sus cabezas y otros más se mantiene como interino con opciones de una salida inminente pendiendo de su cabeza.
Se trata de Álvaro Rubio, entrenador del Real Valladolid B puesto, a modo temporal, como reemplazo de Pezzolano, destituido con nocturnidad (se hizo oficial su cese a la 1:30 de la madrugada) y sin previsión tras la mala imagen dada por el Pucela frente al Atlético de Madrid.
Sin reemplazo inmediato, el club apostó por este técnico que, por ahora, resiste, aunque desde Zorrilla se desliza que lo normal es que se busque a otro... a menos que haga de manera excelente su trabajo. El caso es que las apuestas de Betfair confían poco en que haya milagro blanquivioleta, sea con Rubio o con otro en el banquillo. El colista es el máximo favorito al descenso con una probabilidad implícita del 95%.
Dos ascendidos en apuros
En segunda posición llama la atención la presencia del Leganés de Borja Jiménez. Los pepineros no han pisado aún posiciones de descenso, pero su tendencia reciente, un calendario complicado para el cierre de 2025 (Barça, fuera, Villarreal en casa), unido a ser un recién ascendido (y la inexperiencia de su entrenador en la élite) hacen que el panorama sea también oscuro para los madrileños y, quien sabe, para su entrenador, al que haber subido al equipo a Primera de nuevo cuatro años después puede no ser suficiente para salvarlo.
A Manolo Jiménez, técnico del Espanyol, puede que tampoco le salve. Puesto en entredicho casi desde que se le subió del filial el curso pasado, aún en Segunda, su situación ahora en Primera es débil. En los pronósticos es el tercer favorito a perder la categoría y sus últimos resultados no habla bien de él. Por ahora, sólo la situación de cierto desgobierno que reina en el club perico salva a un técnico al que su condición de entrenador humilde no le ha ayudado. Desde que se hizo cargo del puesto, se le ha recordado más por haber sido en su momento conductor de autobuses que por el enorme mérito de haber llevado al equipo de nuevo a la élite pese al complejo panorama perico de la temporada pasada.
Baraja, del milagro al pozo
No le ocurre eso a Rubén Baraja, al que, si algo le sobra, es pedigrí futbolero. Leyenda del Valencia y ex internacional con España, cierto es que su recorrido con equipos de Primera como entrenador no es amplia, pero sí dio resultados cuando se le firmó para salvar al equipo y la temporada pasada, cuando logró hacer de Valencia un equipo competitivo creado a base de retales y chavales del filial.
Ocurre que ahora ese escenario no está tan claro y aunque aún le quedan dos partidos por jugar debido a las consecuencias de la DANA (frente al Real Madrid y al Espanyol) su presencia en los puestos de descenso tampoco invita al optimismo de una continuidad que sigue en entredicho en la capital del Turia. Algún tropiezo más podría abrir las puertas de un despido que nadie hacía intuir hace un año cuando el Valencia incluso se atrevía a coquetear con Europa. Ahora fondea la clasificación de Primera con alto riesgo de regresar a Segunda División más de 40 años después.
