[DESCRIPCION]
Desaparecieron los plsticos en Shanghai y la natacin recuper su alma, vendida a los mercaderes de poliuretano bajo una premisa falsa: no hay inters sin rcords. Al revs, el diluvio de rcords mundiales -43 en los Mundiales de 2009, ao cumbre de los baadores plastificados- trastorn la idea de lo que significa lo excepcional. Las marcas sobrehumanas se volvieron tan comunes que el aficionado medio perdi la orientacin, el entusiasmo y la curiosidad.
Es difcil navegar en la confusin, y nada resultaba ms confuso que el terreno gris que separa la cualidad de un nadador de la eficacia de unos baadores que agregaban otro problema: desequilibraban la competicin porque respondan a caractersticas y materiales diferentes. No era lo mismo un Speedo LZR Racer –el de Michael Phelps en los Juegos de Pekn 2008 y en los Mundiales de Roma 2009- que el Arena X-Glide –el de los fabulosos rcords de Paul Biedermann en los 200 y 400 metros libres, obtenidos en 2009- o el Jaked, el de “si lo tiras a la piscina, no nada solo” (Rafa Muoz, tras ganar la final de 100 metros mariposa en el Campeonato de Espaa de aquel ao).
Como ocurre con el dopaje, que vulnera muchos principios, pero bsicamente el de la igualdad entre los competidores, los baadores plastificados deformaron las competiciones y establecieron una tabla de rcords donde no se saba qu era ms importante, si el nadador o su vestimenta, y en qu grado modificaba las prestaciones de los nadadores. Los Mundiales de Roma sealaron la apoteosis del caos, con sus 43 rcords. En el Mundial por marcas comerciales se impuso el X Glide (Arena) sobre el 01 Jaked, y el Hydrofoil (Adidas). A Speedo, que compiti con los baadores LZR de vieja generacin, los de los Juegos de Pekn 2008, le salvaron Michael Phelps y Ryan Lochte, dos genios que estn por encima del poliuretano.
Es falsa la idea de que un deporte interesa poco si no hay profusin de rcords. No radican en la dosis de rcords las razones por las que el atletismo o la natacin han perdido rango frente a otros deportes (ftbol, baloncesto, golf, tenis, etc), ms y mejor asociados a la industria del espectculo, a la cotidianeidad y al formato televisivo. El exceso de rcords perjudic an ms a la natacin porque gener una sopa indigesta. De algn modo reprodujo la poca del apogeo del dopaje en la RDA, cuando sus nadadoras y sus atletas establecan marcas siderales –algunas todava figuran como rcords mundiales tres decenios despus- ante la mirada tolerante de las autoridades deportivas y el fastidio general.
Los Mundiales de Shanghai han significado el regreso a la cordura a la natacin, y especialmente han devuelto este deporte al principio de igualdad. En contra de las previsiones de los pesimistas que proclamaban el carcter invulnerable de las marcas conseguidas con los turbobaadores, se han batido dos rcords: el de 200 metros estilos (1.54.00), obtenido por el estadounidense Ryan Lochte en su memorable duelo con Michael Phelps (1.54.16), y el de 1.500 metros, a cargo del chino Yang Sun (14.34.14 minutos), aunque esta marca super un rcord no bendecido por el plstico.
Adems de estas marcas, se trazaron algunas seales que indican la cada ms o menos cercana de algunos registros que se consideraban inaccesibles. El joven australiano Magnussen se acerca a toda mquina a la frontera de los 47 segundos y del tiempo del Csar Cielo (46.91 segundos) en los 100 metros libres. El francs Camille Lacourt y su compaero Jeremy Stravius estn muy cerca del horizonte que seal Aaron Peirsol en los 100 metros espalda. Ryan Lochte tambin puede destronar en un buen da –en los prximos trials estadounidenses o en los Juegos de Londres, por ejemplo- a Peirsol en los 200 espalda. Missy Franklin, la adolescente que est llamada a hacer poca, tiene las mismas condiciones que Michael Phelps para arrasar en los prximos aos: sus tiempos en los relevos de 100 y 200 metros libres la sitan como perfecta aspirante a romper los tiempos de Britta Steffen y Federica Pellegrini en 2009. En los 200 metros espalda, Franklin ya dispone de la tercera mejor marca mundial de todos los tiempos, y falta por averiguar su progresin en los 100 espalda.
Lo importante es que se vuelve a los nombres de los nadadores y no de las marcas de baadores. Los consagrados apenas han fallado. La vuelta a los orgenes les ha favorecido. Eso est especialmente claro en los casos de Phelps –cuatro medallas de oro, dos de ellas individuales (100 y 200 mariposa), dos de plata y una de bronce- y Ryan Lochte, cinco medallas de oro, cuatro de ellas individuales (200 libre, 200 espalda y 200 y 400 estilos). Los dos astros de la natacin estadounidense han dominado el Mundial con puo de hierro, sin las interferencias de los plsticos. Hablamos de dos hombres ajenos a las modas. Phelps fue quinto con 15 aos en la final de 200 mariposa de los Juegos de Sydney 2000. Desde entonces ha ganado 14 medallas de oro en los Juegos y 26 ttulos en los Campeonatos del Mundo. Lochte surgi cuatro aos despus, en el relevo 4x200 que derrot al portentoso equipo australiano –Ian Thorpe, Grant Hackett y compaa- en los Juegos de Atenas 2004. Son campeones con una trayectoria impresionante que se ven favorecidos por el regreso de la natacin a los orgenes.
El problema para Estados Unidos es que no aparecen sucesores de la talla de Phelps, Lochte o Peirsol. Sorprende que slo otros dos nadadores –Tyler Clary y Tyler McGill- hayan obtenidos medallas para Estados Unidos en la categora masculina. El futuro no parece brillante, si no fuera por la impresionante capacidad de regeneracin de la natacin norteamericana, sobre todo en los aos de Juegos Olmpicos. A las pruebas hay que remitirse.
Uno de los aspectos ms sobresalientes del Mundial ha sido la respuesta de Michael Phelps, vulnerable durante la temporada y casi invencible en los Mundiales. Le derrot Ryan Lochte, que necesit lograr su mejor tiempo en los 200 metros libres y el rcord del mundo en los 200 estilos para imponerse a Phelps, cuya curva es ascendente. Sus tiempos son similares, y hasta mejores, a los que logr en los Mundiales de Melbourne 2007, la temporada que precedi al poliuretano.
No es fcil creer en la supuesta desidia de un nadador con marcas de 48.08 segundos en los 100 metros libres, 1.44.79 minutos (200 libres), 50.71 segundos (100 mariposa), 1.53.34 (200 mariposa) y 1.54.16 (200 estilos). Phelps no se cay de la tumbona en la playa y apareci por arte magia en el Mundial de Shanghai, como se quiere hacer creer. Sus marcas indican un estado de forma superior al que poda esperarse en un hombre que ha ganado todo, que perdi estmulo tras su hazaa en los Juegos de Pekn, donde logr ocho medallas de oro, y que se encontr en una posicin muy delicada en la edad de plstico: su LZR era claramente inferior a los baadores de sus grandes rivales europeos.
Phelps est como siempre, o quiz como nunca, con una salvedad: Lochte, que le ha superado con asiduidad en los tres ltimos aos. Sin embargo, en ningn caso han sido derrotas contundentes, insalvables. No se puede hablar en trminos categricos cuando la diferencia ha sido de 16 centsimas en los 200 estilos (1.54.00 frente a 1.54.16, con rcord mundial incluido) y de 33 centsimas en los 200 metros libres, la prueba donde Phelps tendr ms dificultades para retomar su habitual mandato. Adems del fenomenal Lochte, se encontrar con la oposicin del coreano Park, el alemn Biedermann –convertido ahora en un gran nadador tras su reinado marciano en la era del poliuretano-, el fantstico Yannick Agnel y quin sabe si Ian Thorpe, de regreso a la natacin despus de ms de cuatro aos de ausencia.
Phelps ha sentado toda clase de precedentes en la natacin. Nadie se le acerca a su cosecha de medallas en los Juegos Olmpicos y en los Mundiales, y tampoco es posible encontrar un competidor tan eficaz y tan longevo. Aunque hay casos de nadadores –Salnikov en los aos 80 o Grant Hackett ms recientemente- que han dominado absolutamente una prueba durante una dcada, no hay un caso parecido al de Phelps por su largusima y verstil produccin. Todava es el mejor, o est entre los tres mejores, en los 200 metros libres, 100 y 200 mariposa, 200 y 400 metros estilos, prueba que abandon tras los Juegos de Pekn, pero a la que podra regresar para enfrentarse en otro fascinante mano a mano con Lochte. De hecho, comienzan a escucharse rumores del posible retorno de Phelps. En cuanto a los 100 libre, sus 48.08 segundos como primer relevista en la final de 4x100 le convierten en el mejor estadounidense del ao y sitan su marca a un nivel que slo super en los Juegos de Pekn, ayudado por su Speedo LZR.
Mientras se anticipa un duelo entre Lochte y Phelps en los Juegos de Londres, en Shanghai se vislumbr la generacin del futuro. El australiano Magnussen, 20 aos recin cumplidos, tom los 100 metros al asalto, con velocidad y mucha astucia. Es el especialista perfecto, el nuevo Popov, capaz de controlar la prueba sin necesidad de vaciarse en los 50 primeros metros. Conoce la distancia al dedillo. Suficientemente rpido para aguantar a los sprinters ms explosivos y muy superior a todos en la segunda parte de la prueba. As construy sus dos impresionantes tiempos en Shanghai: 47.49 segundos como relevista en la victoria australiana y 47.83 en la final de 100 metros libres. En los dos casos, sus marcas rompieron el rcord mundial de la poca sin plstico. Lo estableci Van den Hoogenband en su memorable victoria sobre Popov, Klim, Thorpe y compaa en los Juegos de Sydney 2000.
El rcord actual (46.91 segundos) no parece inaccesible para Magnussen, que podra protagonizar una pirueta que muchos auguran: el paso a los 200 metros. Eso supondra la madre de todas las finales en Londres 2012, con una presumible batalla entre Magnussen, Lochte, Phelps, Biedermann, Agnel, Park y Thorpe, si regresa como en los viejos tiempos. Si el chino Yang Sun –el maravilloso fondista que bati en Shanghai el rcord mundial de Hackett en los 1.500 metros- se animara en los 200 metros, el espectculo en Londres sera insuperable.
Yang Sun y Magnussen son nadadores destinados a marcar poca, lo mismo que Missy Franklin, la nia prodigio estadounidense. Si atraviesa bien, y no es fcil, el paso del instituto a la universidad, un trnsito que a veces ha apagado muchas estrellas fugaces, Franklin es una caja de rcords. Hace tres aos, con 13 recin cumplidos, particip en los trials olmpicos estadounidenses. En Shanghai deslumbr en todas sus actuaciones. Con una envergadura impresionante –mide 1,83 metros-, su voracidad competitiva hace el resto. Por lo que se vio en los Mundiales est en condiciones de derrotar a cualquiera en los 100 metros libres –su relevo en la victoria del equipo norteamericano fue portentoso-, 200 libres y espalda, 100 espalda y hasta en los 100 mariposa, prueba que cultiva relativamente poco pero en la que siempre ofrece excelentes prestaciones. Missy Franklin lleg a Shanghai para foguearse en la gran competicin y sali como la prxima estrella de la natacin: un nuevo imn de inters para los Juegos de Londres, esta vez sin plsticos venenosos por medio.
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