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7-1. Ese fue el rcord favorable al Bara en los ocho enfrentamientos contra el Madrid en la campaa pasada. Segn lo visto en la semifinal de la Supercopa, mucho tendrn que cambiar las cosas para que ese registro no se parezca bastante, se repita o (incluso) se ample si es que ambos equipos llegan a verse las caras en tantas ocasiones.

Cierto que Messina cuenta con cinco novedades que acoplar a su esquema. Es verdad, adems, que Pascual mantiene el mismo bloque, con el nico fichaje de Perovic, lo que garantiza seguridad y efectividad. Ms en el seno de una plantilla que se entiende con los ojos cerrados.

La altura de la temporada, dando sus primeros pasos, tambin juega a favor del tcnico italiano, que tiene tiempo para acoplar todas sus piezas de la forma oportuna. Pero el primer movimiento ha resultado nefasto. Es ms, se ha traducido en la ms abultada derrota del Madrid a manos de su eterno rival en toda su historia. Huelga decir que trabajo tiene para hartarse. Su homlogo cul, en cambio, slo necesita acometer mnimos retoques (si acaso).

Todo un equipazo
En este tipo de choques, desequilibrados en cuanto el tiempo empieza a ser argumento sobre el que construir notables diferencias, resulta un tanto ilgico hablar de parciales decisivos (porque no los hubo) o de acciones claves, que siempre cayeron del mismo lado, perdiendo por tanto ese definitivo calificativo.

Pero aadamos algunos datos: el empate a seis fue lo ms cerca que estuvo el Madrid de ser un equipo competitivo. Ya en el primer cuarto, Messina haba revuelto el banquillo de manera desesperada. 26-15 fue el resultado tras los primeros diez minutos, con un triple de Morris (el mejor de la noche con 16 puntos) para culminar.

Con un 33-17 al arrancar el segundo periodo, el italiano pidi tiempo muerto, que se prevea (y as fue) insuficiente. Pocas veces un minuto de indicaciones basta para despertar tanto de forma colectiva como individual a un conjunto que se sabe inferior desde el segundo uno y que as lo demuestra en la pista.

45-29 al descanso, pese a los ocho puntos consecutivos de Tucker, el ms destacado (por decir algo), en los blancos. Tras la reanudacin, ms de lo mismo, con el aliciente aadido de la inspiracin cul. Ah surgieron Ricky ('habemus' recuperacin; 13 puntos) y Morris, infalible desde el remodelado arco del triple. Porque, esa es otra, al campen de Europa no le afect lo ms mnimo la nueva distancia para los tiros de tres. Pareci asumirla con total naturalidad, la misma que halla su origen en la calidad de sus jugadores.

74-34. Resultado tpico de categoras inferiores, donde es habitual que dos equipos de nivel muy desigual protagonicen un envite sin historia. Suele ser as. Pero ese resultado lo reflej el marcador del Buesa Arena en el minuto 29, jugando el Real Madrid (el conjunto ms laureado de Europa, recordemos) y el Bara (merecido dueo del cetro continental). Quien haya echado mano de la cmara de fotos en ese instante, posee un tesoro balonceststico irrepetible?

Las razones de la hecatombe
Hay muchas, como era de esperar. La principal se encuentra en que Pascual mantiene a los suyos en la misma cota de exigencia que tantos xitos les depar la campaa pasada. A saber: todo empieza en la defensa, donde priman las ayudas, las rpidas recuperaciones de posicin cuando hay cambios de marcaje y la bestial proteccin de la zona. Perovic ayuda a sumar ms centmetros a los que ya haba. El Madrid qued avisado desde el pitido inicial.

Seguimos. Si Prigioni empieza (y acaba) desquiciado el partido, el timn de Messina no encuentra dueo ya que a Sergio an le queda camino por retroceder tras su aventura americana. El juego interior merengue (era previsible pero nunca imaginado de forma tan evidente) siempre anduvo a rebufo de los pivots azulgranas: dbiles en el rebote y subordinados al podero fsico y los enormes recursos del rival.

Y acabamos (porque en algn punto hay que hacerlo): desde el permetro no lleg ningn tipo de solucin, si en algn momento se busc dentro de la coherencia. Llull salt y abandon la pista perdido para la causa, Velickovic slo amag en los compases iniciales y a Surez no se le puede pedir mucho (an).

Se pueden extraer muchas conclusiones de todo lo visto en Vitoria. Pero quizs sera ms fcil echar la vista atrs y repasar alguno de los muchos choques que el ao pasado disputaron culs y blancos. Se acuerdan? Pues elvenlo al cuadrado, hallarn la forma por la que el supercampen est ya ms cerca de revalidar su ttulo y dibujarn el peor Madrid que se recuerda.

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