Hay mil formas de iniciar esta crnica y en ninguna salen bien parado el entrenador, los jugadores y la directiva del Sevilla, as que me limitar a decir, de momento, que el Sporting de Braga gan con toda justicia por 3-4 en el Pizjun y dej en ancdota el 1-0 de la ida.

El Sevilla necesitaba dos, tres goles a lo sumo si los lusos 'vacacionaban' en alguna ocasin por las inmediaciones de Palop. sos eran los clculos. Pero la realidad fue muy diferente, dolorosa e insultante para las huestes de un equipo que ofreci, sencillamente, la peor imagen de su historia en competiciones europeas. Y eso que van ya casi cien partidos...

Que te meta cuatro goles el 'SuperrequeteBara' en el Camp Nou es una cosa, por mucho que uno claudique en el tnel de vestuarios, pero que te vengan unos brasileos disfrazados de portugueses y te enseen, uno por uno, los fundamentos de este deporte, es cosa seria.

El Braga, ese equipo con nombre de chiste que fue recibido entre ols el da del sorteo, desnud todas las carencias de un equipo, el Sevilla, que se enfrenta a un futuro, en el mejor de los casos, incierto. Sin dinero (al menos faltar un buen pellizco), sin ideas, sin confianza en sus posibilidades y con sus mejores jugadores a las puertas de unas renovaciones que ahora mismo se antojan muy lejanas, sobre todo en el caso de Luis Fabiano.

Porque esta vez no cabe hablar de nada esotrico. De mala suerte o robos arbitrales. El Sevilla fue, simplemente, un monigote en manos de un conjunto 'de verdad' (y duele itir esto). Un Braga que saba a lo que jugaba, que defendi de manual, atac de manual y se aprovech hasta el abuso de los nervios, la inoperancia y la falta de recursos del Sevilla de Antonio lvarez.

Que el rival cuelga balones sin parar? Ah estn mis defensas para despejar hasta su aliento. Que el rival se duerme en defensa? Ah estn mis delanteros para sacar tajada. Parece sencillo, pero para algunos es ahora fsica cuntica.

Para el Sevilla, sin ir ms lejos. Es difcil, muy difcil, defender peor y atacar de forma ms plana y previsible. El gol de Matheus, regalo de Palop (aunque sera muy injusto culpar al valenciano de la debacle), lleg tras dos avisos del Braga. As que no sorprendi a nadie.

Cierto es que los locales tuvieron sus opciones. Faltara ms. Lo contrario hubiera sido de juzgado de guardia. Luis Fabiano dispuso de dos oportunidades con empate a cero en el marcador, pero cuesta creer que algo hubiera cambiado si el '9' de Brasil acierta en alguna de ellas.

La segunda parte, que deba ser la de la redencin nervionense, fue an peor. Un suplicio para cualquier sevillista de a pie que ni en sus peores sueos poda imaginar que el Braga le iba a meter cuatro tantos a su equipo del alma. Basta recordar que hasta este martes, ningn rival europeo le haba hecho ms de dos goles al Sevilla en el Pizjun. Vamos, una pesadilla propia del genrico cine de terror japons.

Sadismo en el Pizjun
El segundo acto fue eso, un guin propio del cine ms sdico que nos llega del lejano oriente. Lima firmaba el 0-2 y sentenciaba la eliminatoria, pero acto seguido llegaba el 1-2 tras un remate de Luis Fabiano y un regalo de Felipe, guardameta de los 'Guerreros del Mio'.

El Sevilla pudo reengancharse al duelo -y quin sabe si a la eliminatoria- en diez minutos de cierto decoro futbolstico en el que Jos Carlos y Navas acariciaron el empate, pero fue un espejismo, vistos los acontecimientos.

As que cuando nadie crea ya en el milagro, Navas (ahora s) bata a Felipe y estableca un mnimamente esperanzador 2-2 en el electrnico a falta de 6 minutos. Fue peor. Los portugueses se 'cabrearon' y en un santiamn marcaron dos nuevos tantos, obra tambin de un inspirado Lima que en poco ms de media hora dej a la altura del betn a la zaga nervionense, hurfana de Squillaci y de tantas cosas que cuesta trabajo creer que haya forma de arreglar tal desaguisado.

El 3-4, a la mayor gloria de Kanout, no sirvi, como se suele decir, ni para maquillar el resultado. Un 3-4 en la previa de Champions cuando uno es el Sevilla y el rival se llama Braga es demasiado doloroso. Una leccin de la que alguien debe tomar nota. El sevillismo, que este martes volvi a dar una leccin de comportamiento y apoyo incondicional, merece una respuesta.