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“Perdone, si hubiese querido un trabajo fcil, me habra quedado en el Oporto en una esplndida poltrona azul, la Champions, Dios, y despus de l, yo. En cambio, estoy aqu, perdone si soy arrogante, tambin por ser un entrenador especial”. Mourinho pronunciaba esta frase nada ms aterrizar en Londres tras ganar la Copa de Europa con el Oporto.

En ese preciso instante, naci ‘The Special One’ ante la mirada atnita de los periodistas ingleses. Fue recibido con escepticismo pero al final de su estancia londinense, Inglaterra se termin enamorando de su figura. Mourinho dio una nueva visin del entrenador a los inventores del ftbol, la del tcnico protagonista que manda y se echa la responsabilidad del equipo a sus espaldas.

Adorn su palmars con dos Premiers , una FA Cup, una Community y dos Curling, aunque no pudo conseguir la Champions League deseada por Abramovich. Es cierto que cont con todos los medios habidos y por haber, pero no lo es menos que fue el protagonista de la refundacin de los valores futbolsticos de un club que llevaba sin conquistar un campeonato domstico medio siglo.

Nada ms llegar se deshizo poco a poco de las supuestas estrellas del equipo, Crespo, Mutu y Vern, y apost por jugadores que todava estaban por explotar como Carvalho, Robben, Lampard y Drogba. ‘The Special One’ convirti al Chelsea en el mejor equipo de Inglaterra en menos de doce meses.

Respetado y venerado
Ms que un entrenador para sus jugadores fue como un padre para ellos. Los pesos pesados del vestuario, Lampard, Terry y Drogba, salieron en innumerables ocasiones en defensa de su mster, y todava hoy hablan maravillas de Jos Mourinho. La aficin simplemente le veneraba, era el hroe que haba puesto en su sitio al villano por excelencia, Arsene Wenger.

Casi cuatro aos en las islas britnicas salpicados de polmicas y crticas a su ftbol. Segn el propio Mourinho, el descontento que generaba entre los ingleses era ganar: “Mis jugadores me preguntan por qu nos critican si ganamos y yo les digo que antes les caan bien porque perdan”. Mourinho implant un gen ganador en el vestuario londinense de proporciones incalculables.

“Los jugadores saban que si metamos un gol, el partido estaba ganado”, explica Mourinho. Y no le falta razn, su Chelsea slo encaj 0,55 goles por encuentro, muestra de una defensa casi inexpugnable, un centro del campo impenetrable y una delantera letal. ‘The Special One’ dej el banquillo blue en septiembre de 2007 por una serie de divergencias con el magnate ruso a la hora de alinear a la nueva estrella, el ucraniano Shevchenko.

La Champions, objetivo incumplido
En el trasfondo se encontraba la decepcin de Abramovich por no haber conseguido la Champions, un objetivo en el que se cruz la mala suerte en forma de penaltis, de goles fantasma y de un Bara estelar con Ronaldinho a la cabeza con el que protagoniz uno de los duelos por excelencia de la Copa de Europa de la ltima dcada.