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Catorce aos despus, Neptuno volvi a sonreir, de nuevo se vio rodeado de gente rojiblanca, la gente que le quiere, y de banderas y bufandas de esos mismos colores, como la que le coloc Antonio Lpez en lo que fue el colofn de la fiesta a eso de las 21:15 de la noche.

Una fiesta que comenz cuatro horas antes en el Vicente Caldern, donde los jugadores se montaron en el autobs descapotable que les llev por la ciudad. Primero a la Catedral de la Almudena, donde ofrecieron la Europa League a la Patrona de Madrid. Despus, al Ayuntamiento, donde Gallardn les pidi que no tardaran otros catorce aos en volver y donde Antonio Lpez empez a mostrarse como el rey del mambo.

El capitn cogi el micrfono ante los aficionados que se dieron cita en el recinto consistorial y se gust con los cnticos. La siguiente parada fue la sede de la Comunidad de Madrid, situada en la Puerta del Sol. All esperaba Esperanza Aguirre, que habl de la colchonera como "la mejor aficin del mundo" y apost por repetir doblete, como en el ao 96.

La multitud agolpada en la Puerta del Sol empezaba a impresionar a los jugadores, que hablaban de un ambiente "increble". Antonio Lpez, el capitn, ya pensaba en cmo estara Neptuno, la siguiente parada.

Hasta la plaza del Dios ms rojiblanco acudi el autobs, ante una aficin enfervorecida, con muchas ganas de fiesta, de disfrutar en un da lo que no han podido en catorce aos. Madrid era rojiblanca y la plaza de Neptuno para qu decir. Juan Ramn Lucas ofici de maestro de ceremonias e invit a Antonio Lpez a definir con una frase a cada uno de sus compaeros, que fueron citados uno a uno.

A ese momento le sucedieron otros de disfrute, con los canteranos pasndoselo en grande. Se vio disfrutar de forma especial a gente como Domnguez, Camacho y hasta Joel, jugadores que han mamado la rojiblanca. Tambin se vio muy metido en la celebracin al Kun Agero, al que sus compaeros le pidieron con cnticos que se quede. No falt la guasa, pues para Perea pidieron la Bota de Oro.

La fiesta termin con el momento que todos esperaban. Antonio Lpez subi y le coloc la bufanda a Neptuno, que entr en calor. l, al igual que la multitud que se agolp a su alrededor, tambin espera que no pasen otros catorce aos para volver a colocrsela. El prximo mircoles, sin ir ms lejos, tiene otra oportunidad.