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Es muy complicado ganar un partido si al descanso 16 de tus 25 puntos han llegado en forma de tiros libres y slo has sido capaz de anotar 4 canastas en juego de 25 aciertos. En cambio, con estos nmeros, es fcil explicar que el Regal Bara tuviera 24 puntos de ventaja en el ltimo cuarto.

Al final, sorprendentemente, la diferencia fue de slo 5 puntos, pero en ningn momento hubo una sensacin real de remontada. Ni en la grada, ni en los banquillos, ni sobre el parqu. S hubo coraje de un conjunto blanco tocado en su orgullo. Especialmente jugadores como Sergio Llull, Pablo Prigioni o Ante Tomic, responsables de que el marcador final no fuera humillante.

Como ha pasado en varios de los innumerables encuentros que estos dos equipos han disputado, el Regal Bara rompi el choque en el segundo cuarto. Las armas, las ya conocidas y no por ello menos efectivas. Defensa, ritmo, intensidad y agresividad. El resultado? Un parcial de 22-6 que hundi la moral blanca. El equipo blanco no fue capaz de aguantar el ritmo y se sinti inferior. Mal sntoma.

El Madrid empez bien. En un primer cuarto igualado, slo Navarro fue capaz de sorprender a los blancos con tres triples que amenazaban tormenta. Los blancos, ms agresivos a la hora de encarar el aro, recuperaron el pulso y la estocada se aplaz.

Fue un espejismo porque el Madrid no carburaba y estaba sobreviviendo a base de tiros libres. El 22-6 del segundo cuarto fue toda una declaracin de intenciones de la que los blancos no se repusieron. Es ms, rozaron la humillacin, porque en el tercer cuarto la diferencia se dispar hasta los 24 puntos. Los blancos, sin argumentos, naufragaban con un vergonzoso 5 de 27 en tiros de dos.

Al final, con todo perdido y el rival relajado, los hombres de Messina (algunos) tiraron de orgullo. A base de triples, el Madrid se fue acercando, pero sin fe. Los puntos de Llull, Tomic, Felipe Reyes o Prigioni slo sirvieron para maquillar la diferencia. Al otro lado, el Bara celebraba un nuevo triunfo ante los blancos.