MARCA.com z5r68

El Consejo de Ministros concedi el pasado viernes la nacionalidad espaola por carta de naturaleza al atleta marroqu Abdelaziz Merzougui. De esta forma, se cumpla el sueo de este joven marroqu de 18 aos que lleg a Espaa en una patera. sta es la historia de su viaje hacia la supervivencia.

Abdelaziz, nacido el 30 de agosto de 1991 en Kalmim, Marruecos, siempre so con poder convertirse en un gran atleta y emular de esta forma a leyendas como El Guerrouj o Said Aouita, ambos compatroitas suyos. Tras formarse en el colegio, al que acuda todos los das tras recorrer una distancia de 10 kilmetros, Abdelaziz se propuso cumplir su sueo. Para ello, deba viajar a Espaa, y se puso manos a la obra.

En 2006 fue cuando se dio cuenta de que, si quera cumplir su meta, deba salir de su pas con el fin de competir al mximo nivel y poder, adems, ayudar econmicamente a su familia. Gracias a un amigo, tuvo la posibilidad de poder embarcarse en una de las muchas pateras en las que mucha gente se juega la vida. Meses antes de partir, Abdelaziz aprendi espaol. “Tena que conocer el idioma para que mi integracin fuera la mejor posible”, comenta. Con el tiempo, un amigo suyo le confirm que estaba en la lista de una embarcacin que zarpara en un da y en una hora sealados desde Sidi Ifni, ex colonia espaola. “Yo no saba nada, era la gente mayor la que se encargaba de planificar todo el viaje. Un amigo que viajara conmigo me dijo cundo debamos partir”.

Por fin lleg el da. Eran las cuatro de la tarde de un da cualquiera del mes de noviembre de 2006. El joven Abdelaziz, a sus 15 aos, dejaba su casa y su familia para emprender una aventura a vida o muerte. “Tena mucho miedo porque nunca sabes cmo va a estar el mar. No sabes si vas a llegar con vida o no, ya que mucha gente ha muerto en el intento. Desde luego, es la primera y la ltima vez que hago una cosa as”.

En la patera viajaban 25 personas. Cada uno de ellas haba pagado 600 euros a la mafia que controla las pateras para poder embarcarse en el cayuco. Es una cantidad disparatada que no todos pueden pagar y que ni siquiera sirve como seguro de vida. Es la apuesta de la desesperacin. El viaje fue ms duro de lo que este joven marroqu poda esperar. “Mi amigo y yo no hacamos nada. Estbamos sentados y no hablbamos con nadie. Los mayores se ocupaban de los alimentos y nosotros apenas llevbamos una pequea bolsa con algo de ropa”.

Abdelaziz todava recuerda lo que se le pasaba por la cabeza en aquellos momentos. “Pensaba en el miedo que tena. Yo era muy joven y era muy duro tener que dejar a mi familia. Es una decisin muy difcil de tomar, porque no sabes si vas a llegar o no”. Para l, el peor momento de todo el viaje fue “por la noche. Eso fue lo ms duro, ya que no ves nada, est todo oscuro, sin ninguna luz en el horizonte y tampoco puedes dormir por miedo a que pueda pasar cualquier cosa”.

Finalmente, y despus de 36 horas de travesa, Abdelaziz vio Lanzarote. Era de noche, pero la felicidad que sentan todos los tripulantes de la patera iluminaba los ltimos kilmetros. “Estbamos contentos porque comenzbamos una nueva vida. Nos bajamos un poco antes de llegar a la orilla, en unas rocas. Fue entonces cuando cada uno se fue por un lado, menos yo, que segua acompaado por mi amigo”.

Tras pisar tierra firme, l y su amigo fueron a casa de un primo del atleta. “Nos dio de comer, nos duchamos y dormimos contentos porque todo haba salido bien”. Al da siguiente, la luz del da en territorio espaol haca que Abdelaziz viera claro su futuro. “Dej todo atrs, ya no pensaba en el pasado. Era el momento de pensar en mi vida y en cmo cumplir mi sueo”.

Afortunadamente, tena os. Tras pasar 15 das en Lanzarote, se puso en o con su amigo y compatriotael atleta Ayad Landassem, que tiempo atrs le haba animado a ir hasta Lrida para poder entrenarse. Abdelaziz no se lo pens dos veces y compr un billete con destino a Barcelona.De all fue a Lrida, el final de su duro trayecto. Hizo unas pruebas con el entrenador de la Federacin Espaola, Antonio Cnovas, que qued maravillado con las excelentes condiciones del joven. “Me ayud mucho, se port como un padre. Me instal en una residencia y desde entonces vivo all”.

El propio Cnovas an recuerda sus primeras impresiones acerca de aquel joven marroqu al que conoci en 2006. “Se notaba que haba sufrido mucho all. Vino con los pies destrozados de haber estado descalzo, pero los podlogos que le vieron quedaron impresionados al ver unas plantas tan destrozadas pero a la vez tan preparadas para el mundo del atletismo”.

Segn su entrenador, “la progresin de Abdelaziz durante estos aos ha sido muy buena, es por eso que nos animamos a nacionalizarle. Estoy convencido de que va a ser muy bueno en el maratn. Es muy completo". Pero Abdelaziz tiene claro que, ahora mismo y siendo jnior, su prueba favorita es la de 3.000 metros obstculos. “Es en la que cuento con ms opciones de cara a un Mundial”. se es su prximo gran viaje, su prximo gran objetivo. Y, tras conseguir la doble nacionalidad, ahora est todava ms cerca de conseguirlo.

“Me llam Antonio para decrmelo y me puse muy feliz porque haba cumplido un sueo. Ahora tambin soy espaol”. Atrs queda ya aquella vieja patera que navegaba con un tesoro a bordo, un diamante por pulir y que est llamado a ser una de las grandes figuras del atletismo espaol.