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Los seguidores ses hicieron ayer un gran favor a la prensa espaola. Los peridicos, radios y televisiones de este pas haban agotado ya los epitetos para elogiar el juego de la seleccin espaola de ftbol. La imagen de la siempre patritica —y muchas veces antiespaola— aficin de Saint-Denis coreando entre ols las combinaciones de La Roja o despidiendo en pie a Andrs Iniesta es la nica manera de explicar cmo juega al ftbol este equipo. Si el partido de ayer deba ser el que midiera las aspiraciones reales de Espaa para el Mundial de Sudfrica, slo se puede sacar una conclusin: hoy nadie tiene ms opciones que Espaa.

Quiz algunos digan que Francia no es lo que era, que est muy lejos del equipo que nos elimin en 2006. Posiblemente sea cierto. Pero la realidad es que poco ms podran haber hecho ayer Zidane y compaa. Espaa fue duea absoluta del partido. No dio opcin alguna. Pareca un partido de hombres contra nios. Ni el nombre del rival, ni sus estrellas, ni el empaque del escenario. Nada es capaz de intimidar a este equipo, que impone su personalidad all donde va.

Pero el partido de ayer no slo constat el gran nivel futbolstico del equipo. Demostr tambin su enorme fortaleza mental, tanto o ms importante de cara a una cita como la de este verano. Afrontan cada choque con la misma dosis de ambicin que de humildad. No se creen los elogios pero no por ello renuncian a luchar por la gloria. Las palabras de Vicente del Bosque tras el partido marcan el camino a seguir. Quedan tres meses para la cita con la que llevamos aos soando. No debemos perder la humildad que nos ha trado hasta aqu. Pero tampoco negar la evidencia: hoy en da Espaa es la gran favorita al ttulo en Sudfrica.