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Cuando el joven Eyal Golasa, una de las mayores promesas del ftbol israel, dej el Maccabi Haifa para irse a la Lazio, la conmocin de tan paradjica situacin poda resumirse en la frase que escribi Avi Ratzon, del diario hebreo 'Maariv': "Mussolini se tiene que estar revolviendo en su tumba al ver a un israel con la camiseta de la Lazio".

No en vano, pocos equipos del mundo se identifican ms con una ideologa, a pesar de que gran parte de la hinchada lazial busca alejarse del estereotipo: si sus ultras son famosos por las demostraciones fascistas ms 'hardcore' que se han visto en Europa, gran parte de los aficionados del equipo romano se une bajo el lema "Il razzismo ci fa scifo, forza Lazio e' il nostro tifo" ("El racismo nos da asco, forza Lazio es nuestro cntico") para borrar una etiqueta demasiado bien cosida a la epidermis del club.

Sin embargo, es imposible tapar las tropelas de los ultras laziales: en 2000 exhibieron una pancarta que rezaba 'Honor al Tigre Arkan', en homenaje al jefe de las milicias serbias baluarte de la limpiza tnica en los Balcanes; de su zona han brotado pancartas tan contundentes como 'Auschwitz cuestra patria, los hornos vuestra casa', dirigida a sus rivales de la Roma; cuando el holands Aaron Winter fich por la Lazio, los ultras le recibieron al grito de 'negro judo'.

Los grandes dolos de la Curva Norte han sido Sinisa Mihajlovic, amigo personal de Arkan que llam "negro de mierda" a un jugador senegals en el campo, y Paolo Di Canio, reconocido fascista, con tatuajes en homenaje a Mussolini y que haca el saludo romano a los ultras de su equipo. Evidentemente, un tipo de dolos muy distinto a Eyal Golasa y Thomas Hitzlsperger.

Convulsin por dos fichajes antinatura
La llegada de Golasa fue un impacto: se crearon dos grupos de Facebook amenazndolo para que regresara a Israel. El joven delantero del Maccabi Haifa hua de Israel, donde no tena un contrato profesional y lo reclamaban para hacer el servicio militar. La 'Ley Sahar', que toma su nombre del jugador del Espanyol al que se le aplic por primera vez, permite a deportistas de alto nivel hacer un 'Tsahal' light; era el objetivo de Golasa, que con 18 aos y sin contrato no era considerado deportista de lite.

El escndalo lleg hasta la propia familia del jugador, cuyos padres, divorciados, se dividieron: la madre lo apoyaba y el padre rechazaba su marcha. Firm cuatro aos con el Lazio, pero un viaje a casa para ver a su padre enfermo le hizo cambiar de opinin y regres a su antiguo club.

Distinto es el caso de Thomas Hitzlsperger. El internacional alemn lleg procedente del Stuttgart con un bagaje ideolgico demostrado a cuestas: es un activista de izquierdas y desde su blog en el web del semanal 'Die Zeit' es beligerante contra el fascismo. "S a qu equipo voy, pero no he vivido el ambiente por dentro. Me marcho sin prejuicios", dijo cuando firm por la Lazio, aunque dej claro que "seguir combatiendo la intolerancia de ultraderecha y el racismo".

Cuando estaba en el Aston Villa, Hitzlsperger, muy interesado por la Economa, charlaba habitualmente con el presidente del Banco de Inglaterra, Mervyn King, aficionado 'villano'. La novia del jugador alemn tiene un mster en Economa de la Universidad de Birmingham.

Su llegada a la Lazio (que pena por la parte baja de la clasificacin y roza el descenso), sin embargo, ha sido un rotundo fracaso: slo ha jugado un partido, mes y medio despus de llegar a Roma, y ya suena para irse al Tottenham en verano.

As, los dos movimientos que convulsionaron los cimientos fascistas de la Lazio han quedado aparentemente en nada. El lder de la ultraderecha italiana, Gianfranco Fini, y su esposa (que promovi una colecta para pagar la multa a Paolo Di Canio por hacer el saludo nazi en el csped), adems de otros muchos ilustres derechistas aficionados al club celeste siguen tranquilos. Y los que quieren quitar la etiqueta mussoliniana del escudo lazial continuarn luchando contra el molino fascista, aunque parece que en el csped no podrn encontrar la ayuda de Golasa ni de Hitzlsperger.